¡Ya vinieron los Reyes!

Aquí me tienes de nuevo, dispuesta a compartirte el regalo que los Reyes Magos en su inmensa sabiduría han tenido a bien traerme.

Hoy no estoy sola, mi álter ego, mi voz interior o como sea que se llame me ha pedido participar en este  escrito, me ha prometido que se va a comportar, así que le doy una oportunidad y TODO LO QUE DIGA LO LEEREAS ENTRE PARENTESIS  (ni álter ego ni voz interior, te estás haciendo la fina, soy tu Pepita Grillo).

En vista de que últimamente mi actividad física es escasa (nula) pedí una cinta para correr,  en un principio la estoy usando para caminar, poco a poco, que estoy desentrenada (di la verdad, estás oxidada).
De paso servirá para luchar contra el ligero soprepeso que tengo (jajaja, gorda, estás gorda).

Y  eureka, me la trajeron 😀 (eureka viene de euro?).

No sé porqué motivo la primera vez que me subí me dio una especie de mareo (no dices que estaba apagada?) pero me propuse domarla y cada día voy aumentando el tiempo y la velocidad (al paso que vas...)

Para que se hiciera amena la "caminata", el primer día me puse la radio, pero hacía interferencia y el ruido no me dejó concentrarme  (mira que eres antigua, ponte la radio en el móvil o en el ordenador). La segunda vez puse la radio más lejos, pero el ruido de la cinta no me permitió oír  nada (aparte de antigua  cabezota).

Mi marido me pregunta  si estoy usando la bicicleta,  no sé porqué pero la llama así (dios los cría y ellos se juntan) y le contesto que sí, pero que como estoy desentrenada me lo estoy tomando con calma, mi hijo le dice que voy a 1 kilómetro/hora. Ambos sonríen con cariño (toleta, no ves que se están riendo de ti?).

Me he dado cuenta de que también me sirve como gimnasia mental, pues intento concentrarme en alguna idea para no estar mirando cada dos por tres la pantalla que marca el tiempo, la velocidad, etc.
Intento imaginarme que estoy frente al mar (no te da resultado cuando estás en el dentista te va a servir ahora.....) ya que desistí con la radio.
Por cuestiones de espacio la cinta está en la habitación de mi hijo y por logística hago el ejercicio mirando la pared (si la enchufas  donde tiene el ordenador y demás parafernalia le pegas fuego seguro) así que tengo que tirar de imaginación para no aburrirme.

En un estado de profunda meditación mi mente vuela mientras mis pies caminan cada vez más rápido, eso qué es? una hormiga? qué pequeña es (si si, profunda profunda). Seguro que ya llevo 20 minutos y  sin ver la pantalla, así que miro.
3 minutos nada mássssss?????? Cómo es posible tal cantidad de pensamientos en tan breve espacio de tiempo? (esa cabeza tuya, así estás).
Invencible al desánimo  sigo  caminando, pero sucumbo a la tentación y los ojos no se apartan del cronómetro, cuando llevo 20 minutos veo que he quemado 44 calorías , me parece que no es mucho (lo que te chupas de la tapa de un yogur) .

Sigo y sigo, que aunque  yo soy más de salado en las fiestas navideñas algún polvorón ha caído ( más de salado dices, por eso compraste 2 roscones) y habrá que quemarlo.

Ya soy capaz de usar la cinta más tiempo  y por supuesto he ido subiendo gradualmente la velocidad, termino con una buena ducha y me siento bien, es verdad eso de las endorfinas (igualito que cuando comes chocolate).

En algún sitio leo que se recomienda caminar al día unos 8.000  pasos, comer 5 piezas de fruta y verduras, beber 2 litros de agua (con lo meona que eres) y sinceramente, no me da la vida para tanto, pero seguiré utilizando la cinta , eso seguro (seguro seguro?) y ahora te dejo que tengo que decirle unas cuantas palabras a Pepita Grillo. 💣💥😈😡

Hasta la próxima!

Si quieres dejar un comentario me gustará leerlo 😊
Pepa Fontes