Hola, hoy retomo los microrrelatos.
Como te he contado en otras ocasiones los que aquí expongo son algunos con los cuales he participado semanalmente en el concurso de Microrrelatos de Irene G. Punto, en Radio Nacional.
Me parece positivo seguir concursando, por una parte porque me lo paso bien y luego está la parte de aprendizaje que según avanza el tiempo voy observando, por ejemplo, ya no me condiciona tanto el hecho de tener que ceñirme a un número (escaso) de palabras.
También está la parte competitiva, que son muchas las personas que participan y sinceramente con un nivel importante.
Nunca he sido elegida como ganadora semanal, aunque por tres veces me han leído como destacada y no veas el subidón que da oír tu relato en la radio. Guau!
En el primero de esta tanda, tenías que ponerte en la piel de un lápiz, sentirte como él; no recuerdo el máximo de palabras, pero cortito es.
Título: Metamorfosis.
Nací cedro, lloré lágrimas de savia sobre la hiriente sierra.
Me transforman, me ponen un corazón de grafito, soy un lápiz, sigo viviendo.
Sueño con deslizarme sobre una hoja en blanco, ¿poema? ¿primeras palabras de un aprendiz de escritor?
No son letras, es un baile sobre el papel y dibuja un hermoso bosque.
Y me fundo feliz en él....
Este otro tenía que contener el número máximo de refranes.
Título El amor es ciego (hasta que abre los ojos).
-¿Me quieres abandonar? Me juraste amor eterno.
-El que tiene boca se equivoca.
-¿Y todos estos años compartidos?
-No es oro todo lo que reluce.
-¿Cómo sobrevivirás sin mi dinero?
-El que algo quiere algo le cuesta.
-Te equivocas si piensas que te lo voy a poner fácil.
-Dos no discuten si uno no quiere.
-¡Me rompes el corazón!
-Nunca llueve a gusto de todos.
-Haré lo posible para que te vaya mal.
-El que ríe último ríe mejor.
La premisa del siguiente era tener el mayor número de palabras esdrújulas. Para que te sitúes piensa que estás en un carnaval y todo es posible.
Título: Miscelánea esdrújula.
Fotógrafo en carnaval, mi cámara capta mágicas instantáneas, múltiples máscaras anónimas me adentran en fábulas fantásticas.
Rápidos dráculas salen de lápidas cual espíritus dramáticos, químicos académicos reparten sus bálsamos mágicos, un arácnido con tentáculos persigue a la tímida libélula, el barítono canta su ópera romántica.
Me seducen lánguidas vírgenes envueltas en sábanas tántricas y yo, último cómplice, despierto erótico y sarcástico.
El último de hoy, era describir el primer recuerdo de tu niñez.
Título: Princesa destronada.
Mi primer recuerdo sigue grabado en mi mente como a cámara lenta y a pesar de los años transcurridos sigue teniendo la misma nitidez.
Yo tenía 3 años y andaba por un zaguán desorientada, sorprendida por la ausencia de mi madre que inexplicablemente no seguía mis derroteros.
Yo la estaba buscando.
Mi hermano mayor, que no llegaba ni a adolescente en esos momentos, me cogió de la mano y me explicó que mamá estaba en el hospital para traernos otro hermanito.
No me consoló.
Este último con mucho cariño para mi hermano mayor 😘.
Y vamos terminando por hoy, espero que alguno de estos pequeños relatos te haya gustado 😊.
Hasta la próxima, Pepa Fontes.
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