jueves, 29 de junio de 2023

Obsesión. Capítulo VII.

 Acudí a la cita y mi editora estaba con su hija Marta.
-Mira Mateo, -dijo Pepa- he estado dándole vueltas a lo que dijiste ayer y te quiero pedir algo.
-Dispara.
-Yo creo que aunque ahora tengas claro que abandonas el negocio, sería bueno dejar una puerta abierta.
-Lo tengo claro ahora y lo tendré claro después. No habrá vuelta atrás.
-Escúchame hombre, lo que te quiero pedir es que en tu última novela dejes un final abierto. Nunca se sabe lo que puede pasar. 
-Pepa que en mi cabeza lo tengo todo escrito y tú sabes perfectamente que hasta que no tengo el final claro no me pongo a teclear y ya estoy en ello.
-Ya, pero seguro que no te cuesta nada darle otro enfoque y dejar la incertidumbre en el aire. Creo que es bueno para los lectores y si cambias de opinión te acogerán expectantes. La vida da muchas vueltas Mateo. 
-Déjame que lo piense, ya te diré algo.
Salimos juntos Marta y yo, ella me conocía y sabía que no me había hecho gracia la propuesta de su madre.
-Mateo, tú eres el escritor y decides el final. Si no te vas a sentir a gusto con la idea de mi madre dile que no. 
-Lo tengo que considerar. De alguna manera me siento en deuda con ella, desde el minuto uno apostó por mí siendo un perfecto desconocido y a pesar de lo exigente que es, no habría podido tener mejor editora. No sé, me parece que me voy a dar un largo con paseo con Kiwi, me ayuda a pensar.
Realmente la idea de cambiar el final no me gustaba. Era como dejar algo sin terminar.

Puse mis ideas en una balanza, por un lado me contradeciría a mí mismo si seguía la sugerencia de Pepa, la frase "hay que terminar lo que se empieza" no eran solo palabras según mi punto de vista y por otro lado pesaba la lealtad hacia ella. Ciertamente y a pesar de sus exigencias hacía sido el trampolín que me impulsó en mi carrera. ¿Qué pasaría con mis lectores si el final terminaba siendo "abierto"? Tampoco se iba a parar el mundo, estaba pensando en una novela, no en la resolución de la paz mundial. Además, nunca iba a contentar a todos los  lectores fuera cual fuera el final elegido. A algunos los finales felices le parecían obvios y por esperados llegaban a desilusionar, otros al contrario se sentían desengañados ante un final donde los protagonistas no fueran felices y comieran perdices... 
Nunca iba a contentar a todos, era imposible y me dije que pesaba más en la balanza el afecto a mi editora. Tendría el final que ella quería.

Si hubiera sabido en ese momento que esa decisión aparentemente inofensiva me iba a traer tantos quebraderos de cabeza, las cosas hubieran sido diferentes. Pero me estoy adelantando de nuevo, mejor retomar el hilo cronológicamente. 

Los siguientes cinco años transcurrieron según lo previsto, se editaron y publicaron las tres ultimas novelas con las que me despedía y solo quedaba el sprint final, publicitarla a través de los medios y las firmas de libros.

Y comenzó mi calvario.

Continuará.




2 comentarios:

  1. Chacha y ahora a esperar hasta el jueves , que pasará? Cuanta incertidumbre 🤔🤔

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  2. La verdad es que esta historia está guardando la intriga, pero no te preocupes, llegará en nada.
    Un abrazo Astrid.

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