Aunque dejé atrás el diario y la semana pasada permití salir un ratillo a Pepita Grillo, no puedo sustraerme a la "nueva realidad" sin expresar mis sentimientos.
Espero no aburrirte con el tema, que ya estamos "jartitos", pero todavía me revuelven pensamientos y sentimientos que si dejo salir cicatrizarán mejor.
El pasado domingo por fin pude disfrutar de mi paseo matutino, la palabra disfrutar quizá quede grande dadas las circunstancias, pero la verdad es que salí con ilusión. Por cierto, como temía se me habían cerrado los agujeros de las orejas 😓.
Salimos bastante temprano que hay que respetar lo horarios impuestos y también por evitar encontrarnos en la carretera con los ciclistas (mi hijo cuando era pequeño utilizaba la palabra "biciclistas").
Pues se pusieron todos de acuerdo para salir a la misma hora, por favor, nuncaaa y mira que los domingos somos madrugadores, nunca nos habíamos tropezado en la carretera con tantos, es algo que me pone algo nerviosa, que los ves tan frágiles comparados con otros vehículos..... Y en cierto modo me fastidiaron disfrutar de la visión de los árboles que acompañan el paseo. Igual otro día me anime a escribir sobre la fijación que tengo con los árboles.
El caso es que llegamos a Teror con tiempo incierto y frío. Estábamos como locos por comernos unos churros, pero uno de los pocos sitios donde aún los hacen, mini terraza, estaba llena y con gente haciendo cola, así que decidimos probar en otro sitio por no estar esperando, que bastante colas hacemos ya.
Aunque no soy religiosa, cuando se va a Teror es tradición entrar a la basílica a visitar a Pinito, ahora si no vas con mascarilla no puedes y por supuesto una vez dentro tienes que ponerte el gel desinfectante. (Ya me hice un mini bolso que encajo en el bolso habitual y con el tamaño justo para llevar guantes, mascarillas y gel, es más cómodo que andar tirando de la cremallera del bolso "oficial" cada dos por tres.) Por supuesto en la puerta un "segurita", otra persona según entras para comprobar que te pones el hidrogel.... todos con mascarilla. Todo muy raro.
Ay virgencita con las caras ocultas como si fuéramos a robarte las joyas!
Fue la primera vez pude acercarme tanto al altar .Sentí tristeza, mucha, como si flotara en el ambiente.
Al salir ya por inercia nos volvemos a desinfectar las manos.... todo el proceso repetido cuando entramos en algún sitio y luego al salir, uf! Trabajo seguro que van a tener los dermatólogos dentro de poco.
Conseguimos llegar a una terraza donde habitualmente hacen churros, pero los hados no estaban a nuestro favor -la máquina para hacerlos se había roto el día anterior-, pero pudimos disfrutar de un desayuno fuera de casa después de 2 meses (por supuesto después de esperar a que desinfectaran el mobiliario antes de sentarnos, con un producto bastante oloroso que casi te "coloca") .
Aunque todavía no era obligatorio llevar mascarilla, la mayoría la llevaba y nos mirábamos unos a otros con extrañeza, como que esta "nueva realidad" no nos deja indiferentes. Pero nos acostumbraremos y dentro de poco lo que nos parecerá raro es ver a alguien a cara descubierta.
Ya me imagino con la cara bicolor cuando nos dé el sol 😷.
Lo que toca.
Bueno, no me quejo que al fin y al cabo disfruté el paseo de otra manera, pero lo disfruté.
"Caminante no hay camino se hace camino al andar".
Hasta la próxima.
Pepa Fontes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario