jueves, 11 de marzo de 2021

Una historia de ficción.... o no. Capítulo I

 Acabo de cumplir  60 años y me animo a empezar este diario.
¿El motivo? El embarazo de mi  hija me ha hecho pensar que ahora que las mujeres por los motivos que sean, no son madres tan jóvenes como en épocas anteriores, nos resta  tiempo como abuelos para poder contar a nuestros nietos las historias familiares. Cada familia tiene las suyas y entiendo que conocerlas puede enriquecer a mi nieto, o a mi  nieta, que todavía es pronto para saberlo.
Y pienso que cuando mi nieta/nieto tenga 20 años, yo tendré -si llego- 80 años y no sé si mi cabeza estará en condiciones de contarle bien las cosas.
Así que querido ser que estás provocando que mi hija  vomite a cada rato, me presento.
Soy tu abuela Isabel.
Espero no liarme mucho y saber transmitirte a través de este diario algunas vivencias de tus ancestros  que te puedan interesar cuando tengas edad para entenderlo.
Aunque debo reconocer que ahora mismo lo que me preocupa es el embarazo de mi hija Ana, pobrecita mía, todo el día con esas náuseas, que en vez de coger peso lo pierde, pero bueno, seguro que a partir del tercer mes se encontrará mejor y disfrutará del proceso de tu gestación.
Está todo el día leyendo libros sobre embarazos, lactancias, educación prenatal.....
Yo no le digo nada, que la veo ilusionada, aunque la maternidad la resumo en una frase que leí en algún sitio y que a mi parecer define a la perfección lo que le viene encima.
"Ser madre es como tener todo el tiempo algo al fuego".
Bueno bonita o bonito, te dejo que estoy oyendo a tu madre vomitando otra vez. A ver si pasan ya estos dichosos 3 meses.

He estado liada y no he escrito antes, pero al menos ya la última ecografía ha cantado, vaya si ha cantado, resulta que no voy a tener un nieto ni una nieta, no no no, voy a tener DOS nietas, embarazo gemelar y bueno, en el fondo no me sorprende, ya lo irán entendiendo nietas mías, ya...
Ahora tengo que llamar a mi amiga Olga para contárselo, sé que tampoco le extrañará.

Hola mis niñas bonitas, ya pasó una semana desde la última vez que les escribí, pero todavía queda tiempo para seguir contándoles mis cosas. A ver que va saliendo de todo esto, que en mi cabeza lo tengo todo guardado, pero otra cosa es escribir.... tendré que ir pa,trás y pa,lante con los acontecimientos, espero no liarme mucho y que cuando ustedes sean mayores lo puedan comprender.
Por cierto, Ana ya no vomita y está más guapa....., ahora que sabe que son dos le harán más controles  y tendrá que procurar coger los kilos justos, lo veo difícil la verdad, pero se irá viendo.
Pues empiezo, yo nací la segunda, aunque eso nunca podré saberlo con certeza.....
El primero en nacer fue mi hermano Ignacio, Nacho, dos años antes que yo. La abuela María vivía con nosotros. ¡Ah como la echo de menos!. Era especial y gracias a ella pude conocer lo que mis padres nunca me dijeron. Luego estaba Olga, mi amiga, que era prácticamente una más en casa. Su madre tuvo 7 hijos y siempre estaba liada con algún bebé. Olga y yo éramos de la misma edad y a mis padres no les importaba que estuviera más tiempo en mi casa que en la suya, así me tenían entretenida. Aunque con el tiempo he comprendido por qué a mi madre le gustaba verla en casa como si fuera una hija más.
Nuestras casas tenían un pequeño jardín y allí pasaba la abuela María mucho tiempo con sus plantas, a Olga y a mí nos gustaba mucho estar con ella.
La abuela María era perfectamente válida para cualquier asunto doméstico, pero tenía una peculiaridad que hacía que la gente dijera que estaba loca, o que era bruja. Y era porque hablaba con sus muertos, decía que los espíritus le contaban muchos secretos. 
Me hacía gracia  que los adultos la tuvieran por loca o bruja, porque cuando decía que iba a llover aunque hubiera un sol que rajara las piedras, mi madre daba una voz y todas las vecinas recogían rápido la ropa que tenían tendida. Y por supuesto llovía.
En el pequeño jardín la abuela tenía sembradas muchas plantas, decía que medicinales, lo que aumentaba el runrún de las vecinas de que era bruja, pero bien que cuando les dolía algo acudían a ella.
Nos tenía prohibido a Olga y a mí qué tocáramos una en especial, lo que nos llevó, como no podía ser de otra manera, a probarla cuando teníamos unos 7 años en un descuido de ella. Nos comimos unas cuantas hojas.
A día de hoy sigo sin saber lo que era, pero estuvimos riendo tanto que terminamos orinándonos la Olga y yo en la bragas, no podíamos parar, reímos tanto que nos dolía la barriga. Al final la abuela se dio cuenta y con disimulo nos metió en la casa, nos lavó y nos puso una muda nueva, además de darnos unos fuertes pellizcones en el culo, para que nos se nos vieran las marcas.
Dios, todavía cuando Olga y yo lo recordamos no podemos evitar reírnos y alguna vez hasta se nos escapa la orina, aunque ahora por otros motivos. Cosas de hacerse mayor.
Lo qué daríamos porque la abuela nos pudiera volver a pellizcar....
Recuerdo una tarde que me puse a llorar y  la abuela me preguntó el motivo, le dije que la tonta de Olga no venía porque nos habíamos peleado y mi abuela me dijo:
-Mi niña, la vida te quitó una hermana, pero te dio otra aunque no sea de tu sangre. Anda, vete a buscar a Olga que les preparo una taza de chocolate y se le pasan todos los males.
A mí aquella frase se me grabó a fuego en la memoria, no entendía lo que la abuela quería decir, pero presentía que era algo importante, así que le pegué una voz a Olga por la ventana para que viniera. Se lo tenía que contar, a ver si entre las dos descifrábamos el misterio
Olga desde su ventana, ambas vivíamos en un bajo, saltó hacia mi jardín y mientras la abuela nos hacía el prometido chocolate le conté lo sucedido.
Aquí les tengo que informar, mis nietas bonitas, que Olga siempre ha tenido mucha imaginación y por supuesto enseguida se puso a hacer cábalas, aunque lo único que sacamos en claro es que la hermana que me había regalado la vida sin ser de mi sangre era ella. Nos quedaba por descubrir lo que la abuela María había querido decir con lo de que me habían robado una hermana.
Bueno, mis nietas, sigo en otro momento que Olga y yo vamos a ir a comprar algo de ropa para bebé, como ustedes son dos no lo queremos dejar para el final.
¡Qué ilusión más grande!


Continuará.


2 comentarios:

  1. Uhmmmm 🤔🤔 ya comienza la intriga. Me gusta....😘😘

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  2. Pasarán cosas más adelante, habrá que seguir leyendo, jjjj.
    Gracias por está siempre al otro lado de la pantalla, reconforta, un abrazo Astrid.

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