Hola nietillas, a ver si sus padres se van decidiendo ya con los nombres.
Ayer Olga y yo fuimos de compras, aunque no nos pusimos de acuerdo. Ella piensa que mejor comprar ropita igual para ustedes y yo creo que no tiene por qué ser así, estábamos discutiendo el asunto (somos de discutir mucho nosotras) cuando una dependienta se nos acercó. La típica con una sonrisa falsa, de esas empleadas a las que solo les falta hacerte una reverencia, vamos, de las pelotas y empalagosas.
Nos preguntó haciéndose la guay que quién era la afortunada abuela, a lo que Olga le contestó que de abuela nada, que era ella la que estaba embarazada. Jajajaja, la pobre chica no sabía donde meterse a pesar de lo evidente. Al final Olga terminó comprando unos peleles iguales y yo pijamas diferentes, ya seguiremos comprando. Para celebrarlo nos fuimos a una terraza a tomarnos unos vinitos, mientras nos acordábamos de la cara de la dependienta y nos descojonamos. Perdón, nietas, nos reímos, que ya tengo que ir dando ejemplo.
Bueno, sigo con las cosas del pasado que empecé a contar y dejé a medias.
Olga y yo acribillamos a la abuela a preguntas, queríamos saber que quiso decir con lo de que me habían robado una hermana. Nos dijo que no nos podía decir nada, que su hija, o sea mi madre, le tenía prohibido hablar del tema.
Eso aún nos dejó más intrigadas, así que decididas le preguntamos a mi madre. La pobre, la cogimos de sorpresa y su cara la delató, aunque nos dijo que no hiciéramos caso de todo lo que decía la abuela, que a veces se le iba la cabeza y decía desatinos. Nosotras fingimos creerla y nos fuimos a mi habitación a hacer la tarea, una excusa que siempre funcionaba, cuando lo que de verdad hicimos fue espiar a mi madre que salió alborotada al jardín en busca de la abuela, le dijo muy enfadada que se dejara de meternos en la cabeza ideas impropias.
Nosotras tras la ventana escuchamos atentas. Impropias, dijo mi madre. Buscamos el significado en el gordo diccionario y esa palabra no significaba falso. O sea, que mi abuela no nos había mentido. Allí estaba pasando algo. Como sabíamos como funcionaba el tema, aunque nos moríamos de curiosidad, decidimos dejar pasar un par de días para que las aguas volvieran a su cauce y volver a asaltar a la abuela con nuestras preguntas. Por supuesto nos aseguramos de que nadie nos escuchara.
Un sábado por la mañana mis padres habían ido al mercado y mi hermano Nacho andaba en la calle con sus amigos.
Olga y yo nos ofrecimos a peinar a la abuela. Tenía una melena larga y blanca y le gustaba que le hiciéramos trenzas, cuando terminábamos parecía una princesa de cuento con aquellos extraños ojos azules.... Eran de un color que nunca he vuelto a ver. Quizás alguna de ustedes los herede. Habrá que esperar para saberlo, pero sigo, que me enrollo, el caso es que nos esmeramos más que nunca peinando a la abuela, también le pintamos las uñas de las manos. Como quién no quiere la cosa, le volvimos a preguntar lo de la hermana, jurándole que no le diríamos nada a mi madre. Hasta un rosario que tenían mis padres sobre el cabecero de su cama cogimos para jurar sobre él. Teatreras éramos un rato, pero le debió hacer gracia, pues nos dijo que contar no podía contar nada, pero que alguna pistilla podía caer, porque yo tenía derecho a saber lo que todos callaban.
De un baúl antiguo que tenía en su habitación sacó una caja de galletas donde guardaba sus fotos, nos enseñó una donde se veía a mis padres con Nacho, mi madre estaba embarazada y tenía una barriga tan grande que le dije que debía estar a punto de tenerme a mí.
Mi abuela me dijo que no, que solo tenía 4 meses de embarazo.
Entonces llegaron mis padres y salimos a recibirlos, como si la abuela con aquella foto no hubiera sembrado la semilla de la duda que me ha acompañado desde entonces.
Olga que siempre ha sido muy espabilada, me dijo que el tamaño de aquella barriga no era normal para un embaraza de 4 meses, además, con tanto embarazo de su madre sabía más que yo del asunto.
Me dijo que lo único que explicaba aquello era que mi madre estuviera embarazada de gemelos, yo estaba que ni me lo creía ni me lo dejaba de creer, pero Olga con su potente imaginación me llenó la cabeza con sus elucubraciones.
Solo habían dos opciones según ella, dando por hecho el embarazo gemelar. O bien uno de los niños o niña murió, o bien se lo robaron en el hospital. Me recordó las palabras de la abuela María cuando me dijo que me habían robado una hermana.
Así que mi amiga estaba convencida de que eso es lo que había sucedido.
Yo seguía sin saber que pensar, aunque una duda silenciosa se quedó para no marcharse nunca.
En aquellos momentos la única forma de averiguar algo era preguntando a la abuela. Lo único que conseguimos sacarle, era que sus espíritus le habían dicho que habían nacido dos niñas y habían robado a una y que esa niña robada, mi hermana, había cruzado el mar.
También Olga estuvo preguntando a su madre y le dijo que en su momento ante el volumen de la barriga de mi madre todos daban por hecho que estaba esperando gemelos, incluso el médico le había dicho a mi madre que parecía que se oían dos corazones, pero claro, todo era provisional, no era como ahora con la tecnología que tenemos. Además, mi abuela había nacido de un parto gemelar, aunque su hermano no sobrevivió y esas cosas se solían repetir en las familias.
Otra cosa que nos daba que pensar, era que yo nací prematura y con poquito peso, a pesar del volumen de la barriga de mi madre.
Es normal en los embarazos gemelares que el parto se adelante, otro dato a tener en cuenta.
También nos dijo la abuela que a mi madre en el parto la anestesiaron y nunca le explicaron el por qué.
Bastantes datos que nos hacía pensar que era más que posible que le hubieran robado un bebé, una niña según decía mi abuela.
En aquellos tiempos no existía internet, si no, Olga con su espíritu detectivesco, hubiera desentrañado aquel ovillo enredado que me ha acompañado toda la vida.
Pero mis nietas bonitas, fuera las sombras tristes del pasado, me pongo guapa y me voy a buscar a Olga, ya se nos ocurrirá algo que hacer.
Ya sigo en otro ratito que todavía queda tiempo.
Continuará.
Ya se huele la intriga, que habrá pasado?????? Seguiremos atentas..😘😘
ResponderEliminarQue te quedes con ganas de saber que pasará es buena señal.
ResponderEliminarLa semana próxima se irá sabiendo más... o no.
Jajaja, gracias amiga, un abrazo "intrigoso"