Aquí estoy de nuevo, mis queridas Violeta y Alba, que ya sus padres se han decidido con los nombres.
La verdad es que me gustan mucho, hasta me imagino que Violeta será la revoltosa y Alba la tranquilita. Olga como siempre llevando la contraria, dice que será al revés, tendremos que esperar para saber quien lleva razón.
Creo que no estaría mal resumir lo último que les escribí sobre las tramas familiares de mi pasado para no perder el hilo.
A ver, cabía la posibilidad de que mi madre en mi embarazo tuviera gemelas y le robaran una al nacer.
La única que lo aseguraba era la abuela, aunque sin decirlo de una forma totalmente clara porque mi madre se lo tenía prohibido.
A mí aquello no es que me cambiara la vida, pero debo reconocer que la sombra de la duda existió y existe, es más, varios hechos sucedidos más tarde me hicieron pensar que era cierto. Pero vamos por partes, iré contándolos según avance con mi historia en el tiempo.
En casa aparentemente seguía todo igual, pero Olga y yo acechábamos a ver si podíamos obtener más información, sobre todo de la abuela María, pero no sacamos nada nuevo, seguía instalada en decir que mi hermana había sido robada y que había cruzado el mar.
Olga fantasiosa como ha sido siempre, me preguntaba si alguna vez había sentido que tenía una hermana, eso de la unión de los gemelos de la que tanto se ha escrito, pero yo no podía responder ni que sí ni que no. Era extraño.
Aunque Olga solía sacar a menudo el tema, yo prefería ignorarlo, no me quería obsesionar, pero me daba la impresión de que mi madre a veces me miraba con tristeza. Cuando era mi cumpleaños y me tocaba apagar las velas, podía ver lágrimas en sus ojos, decía que era por la emoción, mientras mi padre la miraba con pena. Eso nunca pasaba en los cumpleaños de mi hermano Nacho.
Olga me decía que era por que se acordaba de su hija robada.
Mi amiga siempre ha sido muy fantasiosa y yo procuraba no hacerle mucho caso, pero debo reconocer que a veces sus argumentos eran acertados.
Ahora lo recuerdo y me hace gracia, pero entonces no, cuando me decía que seguramente habían robado a la más grande y gordita y a mis padres le habían dejado la más chuchurría, pues nací con apenas 2 kilos. Las cosas de Olga.
Pasaron los años y andábamos tan ocupadas haciéndonos adultas, que el tema quedó como dormido, aunque a veces algo lo despertaba y me volvía la inquietud, como cuando se empezó a mover en las noticias, en la prensa....
Se denunciaba que en la clínica dónde yo había nacido y por la misma época habían desaparecido niños de una forma fraudulenta. Los responsables de los hechos evidentemente lo negaban.
Olga volvía a hablarme del tema y yo de nuevo sentía aquella sensación incómoda. Si no podía hacer nada.... para qué volverme loca?
Ya no éramos unas niñas y entendíamos que mis padres, personas humildes, no supieran luchar contra estamentos sólidos, poderosos y corruptos. Además, eso si realmente había pasado, que certeza lo que se dice certeza, no teníamos.
Olga leía todo lo que caía en sus manos sobre robos de niños al nacer, también le interesaba el tema de los gemelos y si no caía información en sus manos, la buscaba.
Ya latía su pasión, el periodismo.
Quería datos y si no los encontraba los rastreaba. Si hubiéramos tenido entonces internet al alcance, hubiera resuelto "mi caso" con unos pocos "clics" en el ordenador.
Yo la escuchaba y le decía que para que marear más las cosas, si eran lo que eran y nunca descubriríamos lo que de verdad sucedió.
Pero Olga seguía erre que erre, menos mal que nos tuvimos que separar por los estudios y por un tiempo no me martilleó con sus ideas.
Ella se fue a Tenerife a estudiar Periodismo y yo me quedé en Las Palmas para hacer Magisterio.
Cuando la abuela supo que Olga estudiaría en Tenerife, le dijo, misteriosa como siempre, que en esa isla estaba mi hermana robada, pero que todavía no había llegado el momento de que se cruzaran nuestros caminos.
Mi amiga partió y por supuesto seguíamos en contacto, nos llamábamos por teléfono a menudo y en las vacaciones no nos despegábamos. Debo reconocer que la eché mucho de menos, aunque fueron años de muchos cambios, los estudios, los amores y desamores.... Olga como bien decía mi abuela era la hermana que me había regalado la vida, aunque a veces me dieran ganas de matarla, pero, ¿no es así cómo se relacionan los hermanos de verdad?
Y volviendo al presente me está sonando el teléfono, seguro que es Olga. Pues si, le apetece salir a tomar algo y a mí también, pero tengo una tonga de exámenes por corregir. Fantaseo con la idea de que cuando me vaya a jubilar los últimos exámenes que caigan en mis manos no pasarán por mis ojos, todos aprobados me digo, aunque no sé si seré capaz. No estaría mal.
Al final soy una floja, ya me dejé convencer por Olga y vamos a salir, ya me quemaré las pestañas esta noche con los exámenes.
A ver, que me hablaron de un tienda nueva de ropa para bebés, ya le dije a Olga que salía pero con la condición de pasar primero por esa tienda y está encantada, que ella dice que es la abuela postiza y seguro que algo bonito encontramos para mis niñas Violeta y Alba.
¡Cómo me gusta decir sus nombres!
Continuará.
Hola Hermanita! Vaya historia! Será verdad que robaron la hermanita o el hermanito? Bueno, quizás con el tiempo se sabrá, o no.
ResponderEliminarCuídate mucho Hermanita y a ver si pronto podemos vernos. Besotes y abrazotes.
Si, la próxima semana nos traerá más pistas.
ResponderEliminarLo triste es que en su día se dieron muchos casos de robos de niños.
Un abrazo hermano, ojalá se cumpla lo de vernos pronto y sea para celebrar algo.
La verdad que Olga es bastante constante y seguro que más tarde o más temprano se sabrá la verdad, o al menos eso espero....cuídate amiga. besos
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