jueves, 15 de abril de 2021

Una historia de ficción.... o no. Capítulo VI.

 Mis queridas nietas Violeta y Alba, aquí estoy de nuevo. Viendo lo baja que está la barriga de Ana no creo que ustedes tarden mucho en nacer. Olga y yo ya tenemos preparadas las canastillas, son más bonitas....
Debo reconocer que recordar los acontecimientos que les estoy contando me revuelve, hay como un nudo que no termino de desenredar, pero  mejor sigo con los acontecimientos.
Olga como yo sospechaba, aprovechó la información sobre Carmen y fue a su encuentro, no le resultó difícil con los datos que tenía averiguar donde estaba exactamente su despacho.
Yo me temía algo así, por lo que no me sorprendió que apareciera por mi casa con su cara de "tengo que contarte algo". 
-Isabel, no te me vayas a enfadar, pero te confirmo que realmente tu madre dio a luz a dos niñas y le robaron una, lo he podido comprobar con mis propios ojos.
-Olga, no me líes que te conozco y te estás metiendo donde no te llaman.
-Por favor,  escúchame, no he hecho nada malo, no he hablado con ella, eso te corresponde a ti. Sabiendo su dirección pasé por allí, fuera tiene una placa con su horario de trabajo y a esa hora yo estaba fuera.
-Ni se te ocurra decirme que por casualidad Olga, que nos conocemos.
-No no, esperé a que saliera y la pude ver. Por dios Isabel, normal que la gente te confunda, son dos gotas de agua,  no se puede negar lo innegable. Hasta tienen la misma forma de caminar.
-¿Y? 
-¿No piensas hacer nada? ¿Ni siquiera tienes curiosidad por verla?
¿Qué quieres qué haga? ¿Qué me plante delante de su cara y le joda su existencia? Yo no sé cómo habrá sido su vida, pero por muy hijos de puta que hayan sido sus "padres", igual con ella han sido impecables y ella no tiene la menor sospecha. ¿Qué derecho tengo yo para ponerle la vida "patas arriba"?
-Pero piensa que desde que se mudó a vivir aquí empezó la gente a confundirte, a ella le debe haber pasado lo mismo. No me extrañaría que sospeche...
-Ya, pero de la misma forma que tú la has encontrado, ella si hubiera querido me hubiera encontrado a mí y no es el caso.
Mira Olga, no quiero saber nada, te pido por favor que dejes el tema tranquilo, no quisiera apartarte de mi vida, pero si te empeñas en seguir olvídate de mí. De momento me gustaría que estuviéramos unos días sin vernos, tengo que estar tranquila para poder pensar.
Vi el dolor en los ojos de mi amiga, pero respetó mi decisión.
Pasé los días siguientes como en trance, con mil pensamientos que me aturdían.
Daba por hecho la veracidad de los hechos, en el fondo siempre supe que así era. Pero no me aclaraba, por una parte me decía que no tenía derecho a entrar en la vida de mi hermana como un elefante en una cacharrería, que existía la posibilidad de que ella desconociera su procedencia, por otro lado me daba mucha rabia que la pareja que la crio pudiera seguir su vida como si no hubieran hecho nada ilegal y amoral. También llegué a pensar que Carmen, llegado el caso, renegara de nosotros.
¿Y cómo les afectaría a mis padres si lo supieran? 
¿Por qué Carmen no había hecho nada por encontrarnos?
Todo era como una nube oscura que alteró mi vida, no me lo  podía sacar de la cabeza. Bruno me dijo que le diera tiempo al tiempo, que ya decidiría que hacer cuando llegara el momento.
En esas andaba cuando la abuela enfermó de gravedad. Fue extraño, seguía con su cabeza de aquella manera, pero físicamente a pesar de sus muchos años estaba bien. De la noche a la mañana los médicos nos dijeron que nos despidiéramos de ella, que era inminente su muerte.
Olga y yo enterramos el hacha de guerra, sé cuánto la quería mi amiga y nos turnábamos para quedarnos por la noche y evitarle a mis padres la incomodidad y cansancio de pasar las noches en una silla del hospital.
La inminente muerte de la abuela duró un mes.
Acostada en la cama me parecía tan frágil.... era como una niña de pelo blanco.
Nos hablaba poco, aunque según ella no dejaba de comunicarse con sus espíritus. Decía que la estaban acompañando para ayudarla a ir hacia la luz. Lo cierto era que luz era lo que parecía tener ella en esos momentos. La veía serena, tranquila, sin pena esperando a que la vinieran a buscar.
La última noche que pasó con vida, me tocó a mí estar  a su lado y la encontré especialmente lúcida.
Me pidió que Olga y yo cuidáramos  su pequeño jardín, luego me cogió la mano y dijo:
-Mi niña, no te atormentes, mis espíritus me dicen que estás sufriendo por tu hermana de sangre, no te mortifiques más, cuando llegue el momento tu corazón te dirá lo que debes hacer.
La abuela se fue en paz, por supuesto la lloramos, pero sigue de alguna manera. 
Aunque su presencia física desapareció, su luz nos sigue acompañando.

Continuará.





4 comentarios:

  1. Hola hernanita! Qué pena que murió la abuela.
    A ver si Isabel se decide conocer a su hermana gemela.
    Bueno hermanita, cuídate mucho y que te mejores del pié.
    Muchos besos y abrazos

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  2. Hola! ya la semana próxima el último capítulo. A ver qué pasa.
    Gracias hermano, aquí seguimos de reposo a ver si pasa la rachita de la "mala pata".
    Un beso enorme.

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  3. El fin está cerca... qué pasará??? Deseando el desenlace. Besotes

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  4. Si si, el último capítulo la semana próxima amiga.
    Un abrazo.

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