Después de publicar el último capítulo de "Buscando el crimen perfecto", algunas personas me dijeron que les gustaría una segunda parte.
Debo reconocer que me lo pasé muy bien escribiendo la primera entrega, lo que me hizo pensar que había dado rienda suelta a algún rincón psicópata de mi mente, pero me sorprendió que me pidieran que continuara con la historia, por lo que deduzco que no debo ser la única que tiene ese lado malévolo. Me consuelo pensando que mientras sea en la ficción el escribir o leer sobre tales menesteres, estamos a salvo.
Así pues y cruzando los dedos para que no se cumpla el dicho de "segundas partes nunca fueron buenas", me animo a retomar la historia.
Espero que me acompañes.
Capítulo I.
Viví mi embarazo con ilusión, aunque el hecho de que Ángel estuviera encarcelado empezó a pesarme. Él no podría seguir el día a día del propósito que anhelábamos, moldear a nuestro antojo la mente que se estaba gestando, lograr a través de ella un virtuosismo fuera del alcance de cualquier investigación criminal.
La ejecución del crimen perfecto seguía siendo la motivación que nos unía, el ser que crecía dentro de mí era la pieza que nos faltaba.
Cuando ya estaba embarazada de 5 meses pasó algo que alteró nuestras vidas.
Mis padres junto a mi hermano sufrieron un accidente de coche que les costó la vida y me convertí en una huérfana con una cuenta corriente más que abultada, aparte de ser por gracia del destino única heredera, tuve derecho a los seguros de vida que mis padres tenían, más la jugosa indemnización por el accidente. Todo eso se añadió a la gruesa cuenta corriente tanto de mis padres como de mi hermano. Todo junto era mucho dinero, mi dinero a partir de ese momento.
El fallecimiento de mi familia me afectó a mi manera..... ¿los lloré? si, ¿mucho? lo cierto es que no.
Fue mayor la alegría al saberme poseedora de un dinero que vino caído del cielo que el dolor por sus pérdidas. Bueno, algo poético había en aquello de llovido del cielo, sería el embarazo que me estaba ablandando el corazón.
Ser rica me iba a dar la oportunidad de tener cosas que antes me eran negadas, como por ejemplo, comprar a un abogado y a quien hiciera falta para que transformara el juicio que se le hizo a Ángel en otro bien distinto que lo dejara en libertad.
Yo por estar cerca de Ángel continuaba trabajando en la cárcel, ¿qué mejor sitio para encontrar a alguien sin escrúpulos? Y así fue, tenía el dinero para pagar al mejor de los sinvergüenzas, un abogado dispuesto a todo por un buen pellizco, un tal Felipe que ganaba los juicios más difíciles utilizando recursos disfrazados de legales, con los contactos necesarios para falsificar documentación, pruebas... lo que hiciera falta. Solo era necesario poner un precio, aunque no contaba con que el precio que tendría que pagar sería bien distinto.
Ya sabíamos que estaba gestando una niña, Ángel y yo estábamos contentos, nos vendría bien para nuestros planes.
Conseguí la primera cita con el abogado, Felipe. Sin pestañear le puse un cheque en blanco y le dije que quería a Ángel fuera de la cárcel lo más pronto posible.
Lo calé enseguida cuando me dijo que pondría la mitad de lo que solía cobrar porque esperaba otro tipo de compensación.
No había que ser muy listo para adivinar la indirecta, era un tipo al que se le ponía dura cuando estaba ante una embarazada. No es que me diera igual, pero estaba dispuesta a todo con tal de conseguir lo que me había propuesto y le contesté que por mí valía, pero cuando empezara a ver movimientos que me indicaran que todo iba según lo previsto.
Cuando le conté a Ángel que el tipo se pensaba cobrar "en carne" parte de su salario, una nube oscura le transformó la mirada.
Ni te preocupes, le dije. Ya nos ocuparemos de él cuando estés fuera.
Empezaron los movimientos antes de lo que esperaba, petición de otro juicio aduciendo nuevas pruebas, testigos convenientemente comprados dispuestos a dar coartada a Ángel.... Como dice el refrán "poderoso caballero es don dinero".
Y como no podía ser de otra forma, Felipe tuvo prisas por cobrar la parte que no se pagaba con dinero.
Continuará.
Amiga esto pinta bien, me gusta, esperando el siguiente capítulo, 👏👏👏 Besotes
ResponderEliminarEres una de las culpables de que exista esta segunda parte, jjj.
ResponderEliminarLa próxima semana más, un abrazo Astrid.
Hola hermana! Vaya con el abogado,
ResponderEliminarEn esta vida todo es por interés. Económico
Y de otra índole. Bonita pieza este abogado.
Bueno, hermana, besotes y abrazotes. Cuídate
Lo que no sabe el abogado es que se encontró con la horma de su zapato, habrá que ver que va sucediendo.
ResponderEliminarUn beso enorme hermano.