Los años siguientes no mejoraron el físico de Espe, que rozando la adolescencia se preguntaba por qué siendo sus padres y sus hermanos tan guapos, había tenido que ser ella la portadora de aquella fealdad.
Hacía como que no oía los apodos que a sus espaldas cuchicheaban: ojos de sapo, difícil de mirar.....aparentando indiferencia. Pero no engañaba a su amigo, que pasó de Javi a Javier con los años.
Este no escondía su condición sexual teniendo que soportar el sambenito de "maricón". Se lamentaba de la estrechez mental de algunos, pero no se achantaba. El problema lo tenían los cortos de mira, no él.
Conseguía sacar una sonrisa a su amiga cuando la veía afectada por la imbecilidad ajena y la animaba a utilizar su mejor baza, su voz. Le decía que tenía un don y que debía aprender a sacarle partido.
Espe era muy observadora, sabía el influjo en el caían los que la oían. Además, se dijo, a todos nos gusta oír historias. En la infancia enmudecemos ante los cuentos infantiles, las pequeñas historias envueltas en música y llamadas canciones nos emocionan, estamos atentos a lo que se nos cuenta en una película, nos trasportamos a otros mundos entre las páginas de un libro, hasta un chisme nos atrapa...
Pero no sabía Espe como encajar la habilidad que tenía en el mundo laboral.
Llegaba el momento de elegir asignaturas para futuros estudios y no sabía por donde tirar, al contrario que Javier, que desde el lejano día que se puso el disfraz de enfermera supo el camino que tomaría. Estudiaría Enfermería, sus padres lo animaban a hacer la carrera de Medicina. Pero no, él quería ser enfermero.
Ya en el instituto y sin saber que haría al terminar, Espe se apuntó a un grupo de teatro. La profesora que dirigía el grupo se enamoró de la voz de la chica y siempre le reservaba algún papel donde se luciera hablando, aunque como cuando era pequeña, los papeles de protagonistas nunca la rozaban.
En el último año de instituto planearon una representación importante, acudiría bastante público y todos los chicos andaban nerviosos y emocionados.
Cuando le llegó el turno a Espe, fue comenzar a hablar y olvidarse de nervios y miedos.
En el silencio del recinto pudo percibir la emoción del público absorto y atrapado entre sus palabras.
Finalizada la obra, la directora del grupo le dijo a Espe que había una persona interesada en hablar con ella, que le había pedido su teléfono pero no sabía quien era aquella mujer.
Espe le dijo que estaba bien, que le diera su número, extrañada de que la quisieran contactar.
No tuvo que esperar mucho para salir de dudas, pues al día siguiente recibió la llamada de una desconocida. Se presentó como Lola citándola en una cafetería.
Llegó el momento del primer encuentro. Espe no conocía a la mujer, pero Lola en cuanto la vio entrar dejó el humeante café que tenía ante ella levantándose para recibirla.
Se presentó y la invitó a tomar algo.
Roto el hielo Lola le dijo que se había quedado impresionada al oírla en la obra de teatro del instituto, que trabajaba en una emisora de radio y su voz le parecía oro puro.
-Te voy a ser franca, tus cuerdas vocales te pueden dar trabajo, el inconveniente es que no te ayuda el físico para trabajar, por ejemplo, en la televisión, pero en la radio....
Espe no se sintió mal ante la sinceridad de Lola, algo en aquella mujer le inspiraba confianza. Le habló a la desconocida abriéndole su corazón. Que quería estudiar pero no sabía qué, que le gustaba contar historias desde pequeña, que notaba como al escucharla la gente se olvidaba de su físico....
-¿Y no te has planteado nunca trabajar en la radio?
-La verdad es que no, además, tendría que estudiar periodismo y no es algo que me llame la atención.
-Bueno, el periodismo es una vía, pero no la única, también se puede estudiar Locución. Son tres años y te aseguro que en mi emisora tendrías trabajo seguro. Con esa voz....
A Espe la cabeza le daba mil vueltas. La proposición, plantearse unos estudios que jamás se le habían pasado por la mente... No sabía ni qué pensar, pero Lola supo leer sus inquietudes.
-Mira, no tienes que decidir nada ahora, tómate un tiempo para pensarlo y hablamos cuando lo tengas claro.
Otra opción sería que empezaras ya como becaria, así conoces por dentro el mundo de la radio y si te gusta te puedes plantear lo de estudiar Locución.
La idea a Espe le pareció un regalo que no podía rechazar, e inmediatamente le dijo que sí a Lola.
-Vamos por partes querida, con esa voz eres un diamante en bruto, pero está la otra, la de ver como hilas las historias por ti misma. Si tienes talento no tendrías que limitarte a leer guiones escritos por otros.
-¿Y eso cómo se sabe?
-Es fácil, invéntate ahora mismo una historia y cuéntamela.
Espe pidió un vaso de agua y se encomendó a cualquier hada inspiradora que la quisiera bendecir y
con voz clara comenzó a hablar.
Continuará.
Me encanta!!! Un súper abrazo amiga 😘😘😘
ResponderEliminarIgualmente querida.
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