Espe envuelta en su propias palabras no se había percatado del silencio que se adueñó en la cafetería mientras hablaba. Solo al terminar se dio cuenta de que la camarera, bandeja vacía en mano, se había sentado cerca de su mesa para escucharla, al igual que los clientes próximos a ella que habían dejado de hablar para seguir su historia.
Tuvo que ser Lola quien rompió lo que parecía un hechizo.
-Chica, podría seguir oyéndote toda la vida. Vaya historia, tiene de todo, realismo, magia.... pero tu voz es la guinda. Tu sitio está sin duda en la radio.
¿Qué te parece si mañana te pasas por la emisora con tus padres?
-¿Con mis padres?
-Si, eres menor de edad y tengo algo que proponerte.
Le entregó su tarjeta y deseó que aquel mirlo blanco aceptara la proposición que sobre la marcha ideaba.
Al día siguiente Espe se presentó en la emisora de radio acompañada de sus padres.
Después de las oportunas presentaciones, Lola fue directa al grano:
-Lean bien este documento, básicamente es un contrato a nombre de Espe para que se incorpore cuando quiera a esta emisora, si acepta, claro.
Si se decide por esta profesión le queda el recorrido de los estudios, pero la quiero cerca de mí antes de que me la roben. Sería desde ya mi asistente personal hasta que tenga la titulación. Eso sí, seré su mentora y le enseñaré los secretos de este mundo empezando desde abajo. Nada de privilegios que la tonteen antes de que esté preparada.
Mientras los padres leían con detenimiento el contrato, Espe sintió como si aquel lugar la hubiera estado esperando desde siempre. Era su sitio.
Si por ella hubiera sido, habría firmado en aquel momento, pero sus padres le indicaron que no se precipitara, que estudiara bien la propuesta.
A la semana Espe ya era una especialista llevando cafés, reponiendo material, mientras se impregnaba de aquel ambiente que la hacía sentirse en casa.
Era consciente de que le quedaba un mundo por aprender y se ahogaba con sus prisas, pero Lola la supo guiar por aquel camino de ondas que se convertiría en algo más que una profesión.
Las cosas iban bien, Espe comenzó sus estudios de Locución al igual que Javier los de Enfermería. Deseaban que el tiempo los colocara a las puertas de las ansiadas prácticas, ansiosos por ponerse detrás de un micrófono y una jeringuilla respectivamente.
Aunque inmersa en el mundo de los estudios y su aprendizaje de la mano de Lola en la emisora, a veces Espe sentía que le faltaba algo.
Era la confidente de su amigo y Javier le contaba de sus amores y desengaños con total confianza.
-Seguro que soy la única chica virgen de mi generación, ¿nunca voy sentir esas cosas qué me cuentas?
-No seas tan negativa Espe.
-No soy negativa, soy realista. ¿Con esta cara quién va a querer tener algo conmigo?
-Mira chica, algo se podrá hacer con tu físico. Me estoy acordando de una amiga que tiene un salón de peluquería y estética, ahora mismo la llamo y le pido cita.
-No sé Javier, necesitaría un milagro.
-Espera que me está dando señal el teléfono, algo se podrá hacer.
Al día siguiente los dos amigos acudieron al salón de la amiga de Javier. Estuvo mirando la cara de Espe lo que pareció una eternidad, para luego dar su veredicto.
-A ver, sinceramente no vas a salir de aquí guapa, pero con unos cambios mejorar vas a mejorar. Voy a empezar por este pelo demasiado lacio que no te favorece.
Lo de los ojos tan separados se puede disimular si usas unas gafas con montura ancha que camufle esas proporciones.
-Pero yo no tengo falta de vista.
-No importa, puedes usar unas gafas sin graduación. Cuando termine aquí te acompaño a la óptica que está en la otra calle y te asesoro. Esos labios tan finos se pueden disimular con maquillaje, incluso te puedes tatuar el borde y aparentarán más volumen. Eso te lo puedo hacer yo y por supuesto necesitas nociones básicas de maquillaje, ya verás.
Después de horas en aquel lugar, Espe se enfrentó al odiado espejo.
El rizado del pelo, el nuevo volumen de los labios, el maquillaje.... le devolvieron una imagen diferente de sí misma, no se encontró tan fea como siempre. Algo había mejorado.
Animada se dejó llevar a la óptica y salió con una gafas sin graduar, con una ancha montura con motitas de colores que le alegraban la cara.
Y se atrevió a mirarse en el espejo sin el deseo de romperlo en pedazos.
Javi sincero sentenció:
-No te has transformado en una belleza, pero algo has ganado. Ahora lo que te falta es superar tus complejos y salir pisando fuerte. Te tengo que dar un par de lecciones para que le entres a los tíos. Si me haces caso en menos que cante un gallo te estrenas querida.
-Jajaja, miedo me das, no me vuelvas loca que te conozco.
El cambio de imagen le proporcionó la confianza que su fealdad le había robado y se dio permiso para soñar que también se merecía sentirse deseada y conocer el abrazo masculino que la hiciera estremecer en otra piel.
Continuará.
Que bien enlazados están estos dos últimos capítulos amiga, que facilidad tienes para escribir y detallar...espero que no dejes nunca de deleitarnos con este Don. Un súper abrazo
ResponderEliminarSiempre es un placer leer tus comentarios tan positivos.
ResponderEliminarTe debo una cerveza amiga, o dos, o tres....