jueves, 27 de abril de 2023

Objetos perdidos. Capítulo V.

 Germán.
Anoche dormí mal pensando en la remota posibilidad de encontrarme con Gema en el sitio nuevo, ese donde Pepe y yo hemos quedado para ir después.
Justo estoy pensando que ojalá pase algo que me distraiga para no estar mirando el reloj a cada rato, cuando entra una señora mayor, debe rondar los 70 años. Me recuerda a la abuela de unos dibujos animados, esos donde salía Piolín, el canario que siempre se burlaba del pobre gato y la dueña es como la mujer que tengo delante, el mismo moño blanco, las gafas redondas, el bastón, la cara de buena....
Viene preguntando por una caja que dejó olvidada ayer en el banco de un parque y la imagino dando migas a los pajaritos.
Le pregunto cómo es la caja exactamente, el sitio donde la dejó olvidada y sí, por las explicaciones que me da  -envuelta en papel de regalo con mariposas y un gran lazo rosa- la caja debe ser una que trajo el personal de limpieza del parque a última hora de ayer.
No tardo en dar con ella y cuando se la entrego la mujer sonríe rejuveneciendo 20 años. 
-Es un regalo que me hicieron mis amigas por mi cumpleaños y no lo pude estrenar ayer. Una faena, que es el último modelo de Satisfyer. Estoy deseando llegar a mi casa para probarlo.
-¿Satisfyer? Me suena... ¿es un aparato nuevo para medir el azúcar?
-No hombre, es un juguete erótico, te lo pones en el.....
-Déjelo, no me explique más, le digo muerto de vergüenza mientras la señora estalla en carcajadas.
Después de hacer el trámite oportuno la mujer se va tan contenta y busco en internet que es el satisfyer ese. ¿En serio existe un succionador de clítoris? ¿Me estaré quedando desfasado antes de tiempo? Sea como sea si llego a viejo quiero ser como ella, no solo por lo del sexo, si no por llegar al punto de que me importe un carajo la opinión ajena, debe ser liberador. Cuando se lo cuente a Pepe esta tarde....

Gema.
La tarde ha sido productiva, quitando el tener que aguantar a la llorona de Mariana. Por favor, hasta el nombre que tiene es feo.
Había un periodista cogiendo información para un artículo y quiso la suerte que nos preguntara a nosotras, bueno, básicamente a mí,  -la otra casi no levantó cabeza- sobre el local donde nos encontrábamos y que qué tal experiencia de pasar un rato sin el móvil.
Se llama Pepe e iba acompañado de un amigo, ni me quedé con el nombre del otro. Lo bueno es que Pepe escribe en la sección cultural de un periódico y claro, debe estar bien conectado en ese mundillo y me interesa bastante; quizás me abra alguna puerta que me permita ir metiendo la patita con mi arte. Porque lo que yo hago es arte y haré lo que haga falta para hacerme un nombre.
Finalmente nos dijo que tenía entradas para una exposición fotográfica y nos propuso ir los 4. La idea de tener que cargar con Mariana como si fuera mi amiga no me seduce, ni aguantar al otro, al amigo que parece mudo y no dejaba de mirarme, pero a veces hay que hacer de tripas corazón por conseguir un propósito y yo el mío, lo tengo más que claro. Si me tengo que enrollar con Pepe para que me introduzca en su ambiente cultural, lo haré aunque no me guste el tipo. Quedamos en acudir juntos a la exposición el próximo sábado, quién sabe, quizás dentro de dos días empiece a cambiar mi destino.

Germán.
Otra noche sin dormir reviviendo en la memoria el encuentro con Gema, que, casualidades de la vida, estaba con una amiga ayer en el local al que fui con Pepe. Ya sé que había fantaseado con esa posibilidad, pero fantasear es una cosa y que se materialice otra bien diferente. Pero así fue, no tuve la menor duda de que era ella, no solo por el nombre, si no por esos ojos de color diferente que me dejaron hechizado, o mejor decir tocado y hundido. Mirar sus ojos es extraño, como ver un paisaje de día y luego de noche, es el mismo pero no es igual. Solo sé que casi no hablé, me limité a mirarla como un bobo y a escuchar la conversación entre ella y mi amigo. La otra chica tampoco participó mucho, parecía apenada y tenía los ojos como si hubiera estado llorando. Por un instante me pareció intuir una lágrima en su pupila y un escalofrío me recorrió, recordando los dibujos que me tienen obsesionado. Pero no, por lo que dijo Raquel, la que dejó la carpeta olvidada en la guagua es Gema.
Por los dibujos la había imaginado como una persona sensible, frágil, con una capacidad de expresar la tristeza de una manera exquisita a través de su obra, pero me desconcertó su personalidad, no tiene nada que ver con la idea que me había hecho. Al contrario, parece una persona de carácter dominante, como si le gustara llamar la atención, de esas que pisan fuerte. ¿Será que se escuda en esa fachada para esconder las lágrimas que la atormentan?
Hay algo raro en todo esto, no acierto a verle un sentido....
El caso es que hemos quedado los cuatro para ir el sábado a no sé donde, que Pepe tiene entradas.
Estoy deseando ir y al mismo tiempo siento como si me estuviera metiendo en un callejón sin salida.

Continuará.



2 comentarios:

  1. Pues si creo que se va a meter en un jardín el pobre Germán....pero bueno así es la vida errores y aciertos. Un abrazote amiga 🤗

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  2. Así mismo es, bueno, queda poco para saber que pasa, que esta historia es cortita.
    Abrazos amiga.

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