Germán.
Los lunes suelen entregarnos muchos objetos perdidos. Hoy deseé que así fuera y poder tener la mente ocupada con otra cosa que no fuera esa obsesión que me quita el sueño. Pero extrañamente y por primera desde que trabajo en estas oficinas no recibimos nada y nadie aparece reclamando lo que sea.
Qué raro todo, parece que el mundo esté detenido y lo único perdido entre estas paredes sea mi alma desencajada.
Revivo el encuentro del sábado con Pepe y las chicas en la exposición de fotografías. Por más que me esfuerce no tengo control sobre mis pensamientos que entran en buche. Gema y Mariana, Mariana y Gema.
Gema llamaba la atención mostrando su personalidad egocéntrica. Me decepciona, pero sigo pesando que una persona que realiza esos dibujos que tocan el alma no puede ser así, que esconde los rotos de sus sufrimientos. Yo daría lo que fuera por descubrirlos y darle el consuelo que necesita aunque exteriormente no se atreva a mostrarlos.
Luego la fascinación por esos ojos diferentes y a los que no me acostumbro. Dos gemas perfectas e hipnóticas. ¿Le habrán puesto de nombre Gema por eso?
Orbitando alrededor de Gema casi olvidé que estaba en una exposición fotográfica, hasta que me percaté de que Mariana llevaba mucho tiempo detenida ante una imagen. Parecía petrificada, sus ojos con una lágrima bailarina me volvieron a conmover y de nuevo ese escalofrío...
¿Qué me está pasando? Su tristeza me atraviesa, como si tocara a alguien que se está electrocutando y la electricidad me traspasara. Le paso el brazo por los hombros y miro el cuadro que la detiene cautiva. Es el retrato de una madre amamantado a su hijo.
Me sorprende ese impulso de consolarla, pero ella no demuestra que le moleste y continuamos con los ojos empapándonos de la ternura que emana de la fotografía.
Vuelven las dudas ¿y si fuera Mariana la autora de los dibujos qué llegaron a la oficina de objetos perdidos?
Pero no, no puede ser, es Gema aunque se esconda tras capas de superficialidad.
De cualquier modo, me sorprende mi reacción con Mariana, no soy de ir demostrando con contacto epidérmico mi empatía y menos a una persona conocida hace 2 días.
Todo es tan extraño.....
Mi parte objetiva me dice que no me hace bien enredarme de esta manera, que lo mejor sería dejar de ver a Gema, a Mariana, centrarme en mis cosas y seguir la vida que tenía antes de que esos dibujos me destemplaran por dentro.
Pero como mínimo me queda otro encuentro con las chicas. El jueves es mi cumpleaños y Pepe nos ha invitado a cenar.
¿Cómo haré para llenar los 3 días qué faltan intentando retomar mi serenidad habitual?
Nada, no hay manera de sosegarme, sigo siendo lo único perdido que hoy visita mi lugar de trabajo.
Continuará.
Parece que Germán conecta con Marina, a ver si escucha a su corazón más que a su cerebro....Besos amiga😘😘
ResponderEliminarPerdón Mariana, que a veces se me van los dedos 😉
ResponderEliminarUna semanita y se resuelve el cacao que tiene Germán.
ResponderEliminarGracias, como siempre, por estar.