jueves, 14 de septiembre de 2023

El teléfono de la esperanza. Capítulo V.

 No sé por qué pero Margarita no responde a mis llamadas. Después de haberlo intentado durante una hora seguida, decido enviarle audios a su whatsapp. 
Le cuento que estoy cambiando, que soy un hombre nuevo gracias a la mujer que ha entrado recientemente en mi vida. También le menciono que estoy algo perdido y no sé cómo debo actuar para que esa mujer se dé cuenta de que me ama aunque no lo quiera reconocer. De paso le hablo del loro y hasta lo pongo al teléfono para que lo oiga decir: orzuelo cabrón.
Me doy cuenta de que han pasado horas al quedarme sin batería en el móvil, pero necesitaba el desahogo de ser escuchado. Seguro que Margarita lo comprenderá.

Consuelo no sale de mi cabeza, estoy convencido de que se ha puesto un escudo, que no se atreve a ver que estamos hechos el uno para el otro. Quizás haya tenido alguna decepción amorosa, pero sea como sea, encontraré la forma de que abra los ojos y se deje cuidar por mí, por mi amor.

A la espera de que Margarita responda y me consuele decido dedicarle mi tiempo a Chispa. Alucino al comprobar que ya no tiene agua, pues sí que tenía sed el bicho. Le pongo de nuevo y me lo agradece con un doloroso picotazo. Pues se fastidia, porque pensaba limpiarle la jaula que ya apesta y se va a quedar cómo está. Faltaría más.
Decido llamar al teléfono de la esperanza a ver si hay suerte, pero no, responde el tal Gonzalo y cuelgo. 
Pesando si volver a llamar o no, me suena el móvil, es un audio de Margarita:
-Santiago, lo he consultado y bastan las tropecientas llamadas y audios que me has enviado para ponerte una orden de alejamiento por acoso. Ya estoy en ello.
Y con respecto al nuevo amor que mencionaste hasta la saciedad, qué lástima no saber quién es para  advertirle de que eres un supersticioso paranoico, egocentrista, cobarde, egoísta, machista, que vive en un mundo irreal que sólo existe en tu cabeza desquiciada. Podría seguir con la lista de calificativos hasta el aburrimiento, pero no pienso dedicarte ni un segundo más de mi vida. Lo mejor que podrías hacerle a la humanidad sería morirte. Y lo de la orden de alejamiento no es ningún farol. Olvídate de mí.-
Jesús, pues sí qué sigue resentida. Eso, o que tiene la regla.
En fin, que las cosas pasan por algo y debo agradecer a la vida las señales que me envió el día de la no boda. Además, eso me llevó hasta Consuelo. 
Lo mejor será que me olvide para siempre de Margarita, no dudo de su amenaza y la veo muy capaz de ponerme una orden de alejamiento por acoso sólo por joder. Ella se lo pierde.

Percibo que llevo un rato hablando en voz alta, bueno, al menos yo mismo me escucho, y Chispa. A ver si le pega alguna palabra nueva al cabrón.

De repente me viene la solución que estaba buscando, se ve que eso de hablar en voz alta me aclara las ideas. Qué inteligente soy.
Yo podría trabajar en el teléfono de la esperanza. Dispongo de todo el tiempo libre del mundo y seguramente brillaría en tal altruista labor. 
Lo más importante: podré conocer a Consuelo en persona.
De esa forma caerá rendida en mis brazos.

Continuará.





2 comentarios:

  1. Madre mía vaya cuelgue que tiene este pobre!!! Deseando leer el desenlace. Un abrazo fuerte amiga 😘😘

    ResponderEliminar
  2. Chiflao perdío. A ver que nos cuenta en el último capítulo.
    Abrazos amiga.

    ResponderEliminar