Cuando empecé a trabajar bajo las órdenes de Mercedes, supe leer las miradas del personal en aquel estudio de arquitectura. Aunque impersonal, el uniforme de limpiadora no ocultaba el cuerpo que se escondía debajo. Los hombres me miraban con lascivia, mientras el género femenino me veía como una amenaza. Inconvenientes de mi exótico físico.
Yo era consciente de los prejuicios por los que me juzgaban. Siendo cubana y tan llamativa, pensaban que mi afán sería conquistar al primer tonto que cayera rendido ante mis encantos para conseguir un matrimonio que me aportara ventajas económicas y seguridad legal.
A mí eso no me interesaba, vale que no podía negar que casos de esa índole se daban, pero tenía claro lo que quería hacer con mi vida y no pasaba por ser la mantenida de nadie. Me dolía ser prejuzgada, pero ya se darían cuenta cuando no se cumplieran sus vaticinios, no estaba intentando "cazar" a nadie.
Me limité a hacer mi trabajo ignorando que los hombres me desnudaran con la mirada y que las mujeres cuchichearan a mi paso como yo si yo fuera una depredadora.
Procuré pasar desapercibida, pero tuve que soportar las trampas que me pusieron los primeros meses.
Dejaban a la vista alguna cartera abierta con dinero sobresaliendo, algún anillo de oro caído estratégicamente para que yo lo viera... Yo me limitaba a cogerlo y en voz alta preguntar por su propietari@.
Paulatinamente fueron perdiendo el interés al ver que yo me limitaba a hacer mi trabajo y punto.
Pasé a ser invisible para ell@s, pero me fui dando cuenta de que aquel sitio no era diferente y sucedía lo de siempre cuando hombres y mujeres trabajan bajo el mismo techo. Algun@s de ell@s y aún estando casad@s, mantenían relaciones sexuales con algún compañero o compañera, pero a mí no me interesaba y me hacía la tonta cuando observaba ciertas miradas o roces físicos entre ell@s.
Un miércoles cualquiera estando trabajando, entró un hombre visiblemente alterado al estudio, se dirigió a Enma, una de las arquitectas y le increpó:
-Dime con quién me estás poniendo los cuernos, puta. Sé que es alguno de estos. Dímelo o me mato aquí mismo.- El hombre sacó un enorme cuchillo y se lo puso en el cuello.
Todo el mundo quedó petrificado sin reaccionar. Miré a Gustavo, sabía que era el amante de Enma, pero se quedó impávido como si la cosa no fuera con él.
Me acerqué a Mercedes y le murmuré que bajara la palanca de la luz y contara hasta cinco antes de subirla.
Lo siguiente sucedió muy rápido. Me acerqué al despechado que amenazaba con quitarse la vida, nos quedamos a oscuras, pero duró tan poco que tuve que aprovechar el desconcierto generado para pegarle al tipo una buena patada en la entrepierna que le hizo soltar el cuchillo.
Fue entonces cuando el personal reaccionó, reduciendo al marido engañado. Este cayó al suelo llorando y pidiendo perdón; se excusó diciendo que había bebido demasiado y se le había ido la cabeza.
Se fue por su propio pie.
Mercedes tomó las riendas, le dijo a Enma que se tomara la tarde libre y que ya hablarían, al resto que entendía el estado de nerviosismo general, pero que procuraran continuar con lo que estaban haciendo. Me felicitó delante de tod@s por mi actuación y hasta me aplaudieron, aunque pude oír a Gustavo diciendo por lo bajini: "claro, tuvo agallas porque si no, hubiera tenido que limpiar la sangre".
Mercedes también lo escuchó y lo fulminó con la mirada haciéndolo entrar en su despacho. Yo me aguanté las ganas de abofetearlo, no valía la pena rebajarme al mismo nivel de aquel estúpido pichabrava y cobarde.
Al rato salió del despacho de la jefa con la cabeza baja y llegó mi turno, pues Mercedes me indicó que tenía que hablar conmigo.
Me dijo que si no tenía nada que hacer me invitaba a una copa cuando termináramos la jornada, quería proponerme algo pero fuera de aquellas oficinas: las paredes oyen, fueron sus palabras.
No sabía que mi vida daría un giro de 180 grados.
Continuará.
Que interesante, que será esa proposición , cambiara realmente su vida ???? Amiga me gusta la historia. Millones de 😘😘😘😘
ResponderEliminarEspero que te siga gustando según vaya transcurriendo.
ResponderEliminarUn beso enorme amiga.