Aquella noche de confidencias me tocó acostar a Mercedes, que cayó medio inconsciente por la borrachera. Yo al contrario, casi no pude conciliar el sueño dando vueltas a la información que me había detallado.
Intenté ponerme en su lugar ante la situación de aquella adopción que bordeaba la ilegalidad; mis jefes no tuvieron mala fe, si de algo pecaron fue de ingenuos, pagando "extras" cada vez que se lo solicitaban. Pensándolo fríamente, si las adopciones legales son un acto de altruismo, ¿por qué son tan caras que sólo se lo pueden permitir personas económicamente bien situadas? ¿Tan cara es la burocracia? Claro que el tema de la muerte de la madre biológica de Eva era bastante sospechoso, pero Mercedes y Ernesto hicieron lo que yo misma hubiera hecho, no dejar a la niña con aquellos desalmados. No, me dije, yo no los podía juzgar.
Al día siguiente Mercedes se levantó echa polvo.
-Jesús, anoche o bebí demasiado o me hago mayor y el alcohol me afecta más. No sé ni como llegué a la cama. Tengo la cabeza que parece que se me va a partir...
Supe ver que mi jefa no estaba disimulando, no se acordaba de sus confesiones. Mejor, me dije, así no se sentirá violenta conmigo y yo... pues en boca cerrada no entran moscas.
Parecía que el tiempo tuviera prisas y cuando nos dimos cuenta Eva cumplió su primer año.
La niña crecía sana, era muy risueña y un poco trasto. A Ernesto se le caía la baba y procuraba pasar el poco tiempo libre que tenía con la niña, yo la adoraba y Mercedes....
Seguía preocupándose excesivamente por la salud de la niña. Cuando Eva empezó a caminar era inevitable que se cayera y le saliera algún moretón o chichón. Mercedes se alarmaba tanto, que no se permitía disfrutar de su hija.
Yo lo entendía, se sentía culpable y temía que el dios al que rezaba le hiciera pagar por lo que consideraba una cuestionable adopción. Eso hizo que Mercedes no se relajara, no disfrutaba de la niña. La sobreprotegía pero no era capaz de transmitirle a Eva el cariño que se merecía.
Yo esperaba que el tiempo actuara como un bálsamo y fuera cerrando sus heridas, pero según pasaban los días la veía peor. Perdida en su mente no fue capaz de ser la madre amorosa que escondía dentro.
Todo siguió igual y Eva estaba a punto de cumplir los dos años, cuando Mercedes comenzó a sentirse cansada y con náuseas. No le dio importancia, pensando que estaba sufriendo algún virus, pero una noche se provocó con el olor de la cena y le dije que igual estaba embarazada.
Ella ni se lo planteó, convencida de que sus ovarios poliquísticos no se lo permitían, pero cayó en la cuenta de que llevaba dos meses sin menstruación. Le aconsejé que se hiciera un test de embarazo por salir de dudas y yo misma aproveché que tenía que pasar por una farmacia para comprárselo.
El test estuvo guardado en algún cajón un par de semanas, tan convencida estaba Mercedes de no poder quedarse embarazada, hasta que empezó con vómitos y le volví a sugerir que se hiciera la prueba, que no lo costaba nada.
-Por no oírte me la voy a hacer, aunque estoy convencida de que saldrá negativa.
A los pocos minutos salió del baño con una expresión de asombro en la cara.
-Mira salió positivo, pero esto tiene que estar mal. Es imposible.
-Mercedes imposible no es, tienes pocas posibilidades de quedarte embarazada, pero alguna hay, no serías la primera que se queda embarazada con tus mismas circunstancias. ¿Porqué no vas al médico y con una analítica sales de dudas?
-Uf, que pérdida de tiempo, pero bien mirado, una analítica me vendría bien, a ver por qué esta rachita de encontrarme regulera. Igual tengo algo de estómago.
A los pocos días le dieron el resultado de la analítica y se confirmó lo que ya yo imaginaba.
Mercedes estaba embarazada.
Continuará.
La cosa se complica uhmmm, cambiará esto la poca relación de Mercedes con Eva? Sentirá aún más rechazo por la niña? A esperar toca....
ResponderEliminarTres capítulos para conocer lo que sucederá.
ResponderEliminarQué los disfrutes todos amiga.