Carmen.
Hoy vino Teo a consulta. La verdad, sin la barba está mucho mejor, con esos hoyuelos en las mejillas que no sé por qué, nos suelen gustar a las mujeres.
Y con respecto al olor, qué diferencia, mi nariz se lo agradeció. Ahora huele a limpio, sin la mezcla exagerada de aromas que terminaban provocando náuseas.
Lo encontré más sereno, dice que ante su nueva rutina olorosa, su amiga Alicia ya tolera estar a su lado.
Eso le ha dado seguridad, está más animado, aunque sigue refiriendo que sigue sin su toque personal, el de oler el alma de las personas.
Le explico que tiene que tener paciencia, que cuando se recupere psicológicamente volverá a aparecer.
De momento, le digo, hay que seguir pasito a pasito, rodeándose de olores agradables y sutiles que lo ayuden en su proceso.
No sé que luz me iluminó, pero poniendo mi mejor cara de psicóloga le dije que tenía la terapia adecuada.
Le propuse que acudiera al negocio de Tita, explicándole que allí si va con un niño o niña puede elaborar sus propias galletas. Que procurara ir identificando y sintiendo los aromas propios del sitio: chocolate, harina, limón, canela, coco... y escribiera luego las sensaciones positivas que sintiera.
Teo reaccionó bien ante los "deberes" que le prescribí, sorprendido claro, pero dispuesto. Además, me dijo, iría con Amado, el hijo de Mateo y Alicia y que seguramente el chiquillo lo disfrutaría.
Por supuesto no le dije que Tita es paciente mía.
Sigo empecinada en que estas dos personas se tienen que encontrar, no sé, más allá de la lógica tengo un buen presentimiento y aunque no sea políticamente correcto, tampoco los estoy obligando a nada. Sólo quiero que compartan espacio, que se conozcan. De lo que suceda después, positivo o no, lo achacaremos al destino.
Ayer pasé consulta con Tita, la encontré más aliviada, ponerle nombre a lo que le está sucediendo la ha ayudado. Aún así, sigue sin reencontrarse con "su don". Dijo que su repostería es buena, pero sin su toque de buenas energías que ella insufla ante cada elaboración.
Me trajo una bandejita con galletas y magdalenas, exquisitas por cierto, no me imagino que le puedan quedar mejor, aunque ella sigue empecinada que aunque ricas, no están para chuparse los dedos.
Le pedí paciencia y que confiara más en ella misma. Que estuviera atenta y se fijara bien en las personas nuevas que se crucen en su camino. Así al no estar tan pendiente de su tristeza podrá tener experiencias positivas.
Los dos me pidieron cita para la próxima semana y la verdad, ya estoy deseando ver si mi plan ha servido para algo.
A ver si voy a tener que cambiar la placa de la puerta que dice Psicóloga por el de Celestina.
Continuará.
Jolín amiga me has dejado con la miel en los labios , deseando saber qué va a pasar en ese encuentro...que lentos serán los días hasta el jueves ...un fuerte abrazo 😘😘😘
ResponderEliminarYa sólo queda un capítulo, a ver que pasa con la sensible parejita.
ResponderEliminarGracias Astrid por estar.
Besos.