jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Quién será? Capítulo VII y último.

 Querida Ana, no me conoces, soy  yo quien te ha enviado los anónimos y te preguntarás como me atrevo a encabezar este escrito con la palabra "querida", pero es que a través de lo que me ha contado Susana sobre ti, que ha sido mucho, creo conocerte y sé que a pesar de los sinsabores que te ha reservado la vida sigues siendo una buena persona.
No como yo, que harto de tanta miseria ajena he terminado siendo un miserable.
Soy don Jesús, aunque ya casi todos olvidan decir el don delante de mi nombre, se han relajado las buenas formas de antaño y me tratan como si un viejo cura no tuviera derecho a sentirse respetado.
Estúpidos, ¿acaso se olvidan qué conozco muchos de sus secretos? ¿qué sé lo que ocultan bajo sus fachadas impecables?
Ya me cansé de tanta farsa y después de muchos años oyendo en confesión barbaridades que por mi voto de silencio me he tenido que tragar, ha llegado el momento de despegar  las caretas que tantos hipócritas llevan adheridas como una segunda piel.
Pero mejor será que te hable de Susana.
Hace unos 20 años ya era raro que una joven se acercara a la casa de Dios buscando consuelo. Susana llegó a mi parroquia cuando enviudó y se sentía perdida.
Yo la acogí desde el minuto uno, confiaba en poder ayudarla y me fui encariñando con ella. Aunque ahora que he decidido decir la verdad,  debo reconocer que fue más que cariño lo que llegué a sentir.
Por ella hubiera sido capaz de colgar los hábitos. Me enamoró con su juventud, su amor al prójimo y esos ojos que transmitían su necesidad de amor.
Pero con el paso del tiempo pude darme cuenta de que lo único que buscaba en mi persona era que la personase en nombre de Dios, para poder seguir haciendo lo que le venía en gana. 
Y lo que le venía en gana era tu vida.
Creo que se obsesionó contigo de la misma forma que yo lo hice  con ella. Llegué a pensar que estaba enamorada de ti, pero no, ella lo que quería era tu vida. Ser tú.
En confesión me contaba todo lo que hacía para estar a tu lado, aunque tuviera que mentir, le daba igual. Luego yo la absolvía y se quedaba con la conciencia tranquila pensando en la próxima jugada.
Me llevó tiempo comprender que eso es lo que buscaba en mí. Un "ego te absolvo..." que acallara sus vilezas y nada más.
Me contó en confesión que había mentido para que ustedes despidieran a la niñera.
Ya iba mucho por la parroquia y teníamos confianza, así que fuera del confesionario le dije que había hecho daño a una tercera persona inocente con sus acusaciones.
Recuerdo que bajó la mirada, pensé que estaba arrepentida y no pude evitar abrazarla, pero tardé en comprender que el arrepentimiento no entraba en sus planes.
Por su boca sé que como tenía llave de tu casa, aprovechaba cuando ustedes no estaban para entrar y ponerse su ropa, tu perfume, se metía entre tus sábanas... hasta tu cepillo de dientes utilizaba. Quería pasear en su lengua tu propia saliva.
Yo la seguía aconsejando dentro y fuera del confesionario, aunque Susana solo me contaba sus tropelías en confesión.
Así supe todo lo que te estoy contando.
Cuando estuviste separada temporalmente de tu marido, ella estaba feliz, aunque para seguir con su farsa te daba consejos para que la relación no se rompiera, que era lo que verdaderamente deseaba para poder estar más cerca de ti.
También sé que cuando sacaba a tus hijos a pasear, se iba a barrios más alejados y decía que eran suyos.
Desde el minuto uno supe que tu marido estaba viéndose con tu hermana, así me lo hizo saber Susana; los seguía y llevaba una especie de diario donde apuntaba todo sobre sus encuentros, a qué hora se veían, dónde, cuánto tiempo pasaban juntos.... Y por supuesto, cuando  tu hermana anunció su embarazo pudo deducir quien era el padre.
Yo le decía que no se obsesionara, que si no te lo pensaba contar de nada serviría ese seguimiento y terminaría por hacerle daño de alguna forma, ella bajaba sus grandes pestañas como si pensara seguir mis consejos, pero a los pocos días volvía a mi confesionario deseosa de soltar lo que fuera que hubiera averiguado o hecho.
Por entonces, pasaba más tiempo aquí porque decidió dar clases de costura a mujeres de mi parroquia.
A mí me hizo feliz, pensé que le vendría bien conocer a otras personas. También yo podría pasar más tiempo con ella fuera del confesionario.
A pesar de conocer sus debilidades, yo la quería de verdad. Pensaba que se sentía sola y que mejoraría si encontraba el amor. Un amor que yo estaba dispuesto a darle.
Susana de tonta no tenía un pelo, se dio cuenta de que yo estaba enamorado de ella y supo sacarle partido. A pesar de la diferencia de edad y de mi condición de sacerdote nos convertimos en amantes.
Reconozco que perdí la cabeza, hubiera sido capaz de dejar la Iglesia y casarme con ella, pero cuando se lo dije pude ver por primera vez a la verdadera Susana.
Se rio en mi cara, me escupió que esa posibilidad no entraba en sus planes, hombres para acostarse podía encontrar, pero un cura que la perdonara de sus pecados después de la confianza que teníamos no iba a ser tan fácil. 
Me sentí utilizado y sucio. Para sacármela de la cabeza pedí traslado, pero no me lo dieron.
Y no me quedó más remedio que seguir escuchando sus confesiones. Para rematar el clavo inició una etapa sexual turbia, se acostaba con cualquiera y yo me moría cuando me lo contaba.
Me volví loco, un odio creciente hacia ella alejó los sentimientos puros del pasado. 
Necesita vengarme, hacerle daño, mostrar al mundo a la verdadera Susana.
Para librarme de los dardos envenenados que eran sus confesiones, me vi obligado a pedir un sustituto, aduciendo una depresión. Depresión que realmente tengo bien diagnosticada.
He decidido purgar mis pecados sucumbiendo ante un sentimiento que no me ennoblece, la venganza, pero yo que he perdonado en nombre de Dios a tantas personas,  espero que sea indulgente con esta alma cansada y rabiosa que arrastro.

Fin.






2 comentarios:

  1. Quién hubiera imaginado que era el cura???? Magnifico final. Por favor no dejes de escribir, uno no puede guardarse para si el don que tiene y tú tienes Don amiga. Feliz Año Nuevo!!! Esperando tu próximo relato 😘😘😘😘

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  2. Gracias a ti que siempre me acompañas en esta aventura.
    Y por supuesto tus palabras me animan a seguirla.
    Feliz año amiga!!!!!

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