jueves, 21 de enero de 2021

La terapia. Capitulo II.

 El tiempo se pasó volando y ciertamente mientras hacía punto no pensé en nada, como si hubiera estado en trance, pero el reloj me indicaba que eran las 7 y deprisa me afeité y me metí en la ducha. 
Me sorprende oírme silbar.
Tomo un café a toda prisa y salgo hacia el trabajo.
Por el camino el sonido de mensajes de whatsapp me sorprende, pero estoy conduciendo. Se habrán equivocado pienso, desde que me he asilado en la pena ya casi nadie me contacta, normal, si no permití compañía en mi duelo.
Mi madre es más de llamar y el único que puede ser es Domingo, mi compañero de patrulla, un buen amigo en realidad, aunque últimamente lo he mantenido desterrado.
Me toca patrullar con él y conduce mientras nos dirigimos a un servicio, así que aprovecho para mirar mi móvil y cuál será mi sorpresa al ver que me han añadido a un grupo llamado "tejedoras cojonudas". Lo que me faltaba.
Leo los mensajes y las integrantes son, como no, Carmensa y sus chicas del ganchillo.
Carmensa me ha escrito para decirme que después de poner la lotería, debo pasar la foto por el grupo. Está convencida de que nos tocará en cualquier momento y ese "nos" que me incluye  no me hace ni pizca de gracia.
Le sigue "bienvenido al grupo" de las demás componentes, con caras sonrientes y  emoticonos alegres.
Así que no me queda otra que salirme del grupo.
No pasan más de 10 minutos y vuelvo a oír mensajes entrando en mi móvil. 
Domingo está sorprendido.
-Oye guapo, pensé que tu móvil estaba muerto, pero ya veo que no, te están entrando muchos whatsapp, ¿no me tienes qué contar nada? Tú has ligado, que hoy me traes otra cara, cuenta cuenta, pero primero mira el móvil no sea que la chica se vaya a enfadar.
-Déjate de tonterías, si yo te contara...
-Soy todo oídos.
-Déjalo anda, que estamos trabajando.
En el descanso del desayuno, volví a mirar el móvil con la intención de volverme a salir del grupo,        seguro de que nuevamente me habían agregado. ¿Quién podría ser si no?
Y efectivamente, otra vez estaba en el grupo de las "tejedoras cojonudas"
Carmensa me decía que ni se me ocurriera volverme a salir, que hasta que no pasara ese jueves pertenecía sí o sí a su grupo y si me empeñaba en salirme ya veríamos quién se cansaba antes.
Por supuesto también había mensajes de las chicas, nada de caras sonrientes ni bienvenidas esta vez, debieron pasar su tiempo buscando los emoticonos más corrosivos.  Hasta la mano con el dedo corazón levantado me enviaron, ¿no tenían nada mejor qué hacer?
Me rendí y pasé la foto de la bonoloto que se había sorteado la noche anterior y aproveché para decirles que no me estuvieran molestando, que estaba trabajando.
Por supuesto puse al grupo en silencio para poder seguir trabajando con tranquilidad, aunque Domingo siguió dándome el coñazo y para que me dejara tranquilo le conté la última chifladura de mi madre.
Se estuvo descojonando toda la mañana imaginándose mis manos grandes y peludas con la aguja de tejer, aunque me sorprendió contándome que a él de pequeño le gustaba mucho ver a su abuela tejiendo y que incluso llegó a aprender algo, hasta el día que su padre lo sorprendió y le mandó un zurriagazo, no se le fuera a amariconar por hacer una bufanda.
Por supuesto me hizo mil preguntas: ¿están buenas las tías?, ¿hay alguna disponible?, ¿podía él apuntarse a esas clases?, etc. etc. etc. 
Entre unas y el otro me estaban dando la mañana.
Al terminar la jornada laboral volví a mirar el grupo de whatssap y volvía a tener tropecientos mensajes de Carmensa y las chicas. Habían mirado los resultados de la bonoloto y resulta que habíamos ganado 10 euros.
¡Por favor! Estaban locas de contento por los 10 euros, pensé que si algún día de verdad les tocaba el gordo terminarían explotando de alegría y hasta llegué a imaginarlas hechas pedazos, aunque ahuyenté rápidamente tal imagen de mi macabra mente.
Carmensa puso una lista de lo que cada uno debería llevar. A mí me tocó el vino. Saqué cuentas y  para celebrar que habíamos ganado 10 euros nos gastaríamos  más pasta.
¿En serio mi madre pensaba qué me iba a ayudar acudir a tejer con aquellas locas?


Continuará.


4 comentarios:

  1. Hola hermana! Decirte que !Viva las Tejedoras Cojonudas!
    Besos.

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  2. ¡Qué vivan!, jejeje, parece que me salieron cañeras las chicas.
    Un abrazo hermano.

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  3. Uhmmmm aquí huele a idilio, me da en la nariz. Besos amiga

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  4. No sé, no sé....Habrá que seguir leyendo los siguientes capítulos, jajaja.
    Un abrazo Astrid.

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