La recuperación estaba yendo bien y no me dejaban solo en ningún momento, la verdad es que la compañía y la atención que me estaban dedicando me producía un extraño sentimiento, era gratitud con algo más que no acertaba a definir, pero estaba claro que era bueno. Supongo que estaba saliendo poco a poco del agujero negro donde estuve metido anímicamente durante el último año. No es que me hubiera convertido de repente en el alma de la fiesta, pero ya no pensaba en que estaría mejor muerto.
También estaba progresando bastante con el arte tejeril, aunque me costara reconocerlo delante de las chicas me gustaba. Tenía la mitad de una bufanda hecha y Domingo se moría de envidia, jajaja. No se lo había dicho, pero se la pensaba regalar, aunque él lo que de verdad quería era hacerla él mismo.
Otra cosa que mantenía mi mente ocupada eran los hechos que me estaban contando las "tejedoras cojonudas" sus historia de superación me hacían pensar en positivo, aunque los métodos fueran poco ortodoxos. Pero me faltaba por conocer la de Laura, la más joven del grupo y que lucía llena de tatuajes y piercings la primera vez que la vi. Fue pensar en ella y aparecer por la puerta.
Siguiendo con la rutina que habían diseñado ellas sin contar conmigo, mi madre se fue a casa un par de horas, tiempo que yo pasaría con Laura. Estaba ansioso por escucharla.
-Hola Sergio, ¿cómo te encuentras hoy?, preguntó mientras ordenaba mi mesa de noche. Ya las chicas me han dicho que te han puesto al día, ahora me toca a mí.
-Laura, no estás obligada si no se te apetece.
-Supongo que te lo debemos, pero no te preocupes, intentaré no liarte mucho.
-Como quieras, pero me muero de curiosidad, ¿cómo hacías para llevar los tatuajes y los piercings falsos?
-¡Ah eso!, pegatinas y pendientes con imanes, nada del otro mundo. Mira como tienes esos ovillos de enredados, si no te importa te los dejo bien en nada.
Como habrás observado soy una maniática del orden y de la limpieza, de hecho dirijo un negocio que se dedica a limpiar oficinas, superviso que todo esté perfecto y no me va mal, además, me gusta, pero llegó un momento en mi vida en que se convirtió en una verdadera obsesión, mis parámetros para evaluar a las personas era fijarme en su aspecto y como te imaginarás eso no está bien.
Mis relaciones sentimentales han sido un desastre, me dejaba llevar por la impresión exterior y me he juntado con cada animal.... y lo que es peor, me arrepiento de haber alejado de mi vida a personas muy válidas por el simple hecho de no llevar los zapatos perfectamente limpios, por tener un tatuaje, por no llevar la camisa bien planchada....
Vamos, que he sido una verdadera estúpida.
-¿Y qué te hizo darte cuenta?
-Pues dejar escapar al único hombre del que he estado enamorada.
Daniel es una buena persona, transparente como el agua, todo lo que te puedo decir de él es bueno. Pero me incomodaban su barba sin arreglar, su pelo largo, la ropa sin conjuntar, sus zapatos gastados.... Me empeñé en cambiarlo y se terminó cansando de mí. Normal, debe haber sido una pesadilla vivir con alguien como yo.
-¿Y ahora qué eres consciente de cuál es tu problema no lo puedes arreglar con el chico?
-Lo dudo, aceptó un trabajo en Argentina. Seguimos teniendo contacto por email, sabe de mis progresos y se alegra, pero ya no es lo mismo. Tengo que conformarme con mantenerlo como amigo.
-Bueno mujer, eres joven, seguro que aparecerán más amores en tu vida.
-Seguro, al igual que en la tuya Sergio.
Aquella respuesta me dejó descolocado, pero tenía que admitir que probablemente así sería. Para disimular que me había dejado fuera de juego le pregunté.
¿Y cómo es que terminaste acudiendo a Carmensa?
-Se cruzó en mi camino por casualidad, aunque creo que las casualidades no existen. Apareció un buen día por mi despacho para llevar una colcha que le había encargado mi socia. Imagínate como me quedé al verla, que ya sabemos como viste, esos colores, esos collares, jajaja, pero fue oírla hablar y me olvidé de su aspecto, cosa rara en mí, bueno ya menos gracias a dios.
La noche anterior Daniel se había ido y yo andaba con los ojos hinchados de tanta llorera, pero me enamoré de la colcha que llevaba y empezamos a hablar. Ella no me preguntó nada, pero intuyó que yo necesitaba ayuda. Me dijo que en su taller aparte de aprender a tejer, se aprendía a destejer las conductas que nos hacían infelices y bueno..... no tenía nada que perder. Así que me convertí en otra de sus chicas.
-¿Y cómo te sentías al llevar los faltos tatuajes y piercings?
¡Uf! me daba urticaria verme con esas pintas, pero me ha ayudado, aún tengo que corregir cosas, pero estoy en el camino. Aunque me cuesta, ya no juzgo a la gente por su apariencia.
Fíjate, que hasta me he hecho un pequeño tatuaje en el pie ¿Quieres verlo?
-Si claro, le respondí sorprendido.
-Mira, ¿te gusta?
-Pero... pero eso es una fregona....
-Jajaja, está hecho con boli, las chicas que son así de graciosas. Fíjate ya me dejo rallar, estoy avanzando.
Estas mujeres están como cabras, pensé.
Ahora comprendía que las chicas no habían pretendido reírse de mí y su modo de disculparse contándome sus problemas las engrandecía ante mis ojos. Y no solo eso, me hicieron ver que cada uno lleva a cuestas una historia y la de ellas era de superación. Yo quería, necesitaba, aprender como superar la mía.
-Oye Laura, a partir de ahora ¿ya no volverán por aquí? Muy a mi pesar tuve que admitir que la idea no me gustaba.
-¿Cómo qué no? Ya tú formas parte del equipo de las chicas de Carmensa.
-Bueno, no te emociones tan pronto, yo no he dicho que quiera seguir yendo....
-Como si te creyeras que va a ser tan fácil deshacerte de nosotras... Por cierto, habrá qué ir pensando en cambiar el nombre del grupo de whatsapp, aunque como somos mayoría las chicas debería prevalecer el femenino, no sé, habrá que consensuarlo.
Siguió hablando mientras manipulaba su móvil, al poco sonó el mío y no me sorprendió ver que me habían añadido nuevamente a su grupo de "tejedoras cojonudas".
Dios mío, dame paciencia que la voy a necesitar.
Continuará.
Hola hermana! Soy un fiel seguidor de las Tejedoras Cojonudas.
ResponderEliminarVaya historias que cuentan sus integrantes.
Un fuerte abrazos y muchos besitos hermanita.
Cuídate mucho.
Ya la semana próxima sabremos qué pasa con ellas. Esperemos que tengan un final feliz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y gracias por tu compañía aunque sea virtual.
Bonito grupo de tejedoras, qué pasará? Deseando saber el final. Besos amiga
ResponderEliminarAl final el mayordomo las mata a todas, jajajajaja.
ResponderEliminarLa próxima semana lo sabremos, un abrazo Astrid.