Mientras Cristina en el paritorio sentía que le iban a reventar de dolor los riñones, se animaba imaginando la cara de la nueva criatura que estaba a punto de parir.
Después de dos varones venía al fin la niña y esperaba que fuera tan bonita como lo fueron sus hermanos al nacer.
La recién nacida apenas emitió un ligero llanto y fue puesta sobre el pecho de Cristina, quien al ver la cara de su hija no pudo evitar que dos lagrimones cayeran sobre la niña, lamentando su primer bautizo de lágrimas.
No fue capaz la recién parida de expresar con palabras su primer pensamiento al ver a la niña:
-¡Por Dios qué fea es!
Sintió vergüenza y estudió más detenidamente aquella cara por ver si encontraba algún rasgo que la redimiera de su primera impresión, pero no, la niña era fea, muy fea.
En una cara demasiado pequeña se repartían mal las facciones: dos ojos saltones y demasiado separados, una nariz anchota y torcida, los labios tan finos que más que boca parecían una cicatriz. No ayudaban al conjunto las orejas de "soplillo" y el pelo tan fino, que caía como pluma sin vida.
Hizo de tripas corazón y se dijo que fea o fea era su niña y le ofreció el pecho para que mamara.
Wiso, pareja de Cristina y padre de sus tres hijos, quedó en silencio al ver por primera vez a su hija hasta que mirando a Cristina le dijo:
-Bueno, me la imaginaba diferente, pero igualmente va a ser mi princesa.
Cristina que siempre había deseado tener una niña, al saber en su tercer embarazo el sexo del bebé, pasó tiempo pensando que nombre ponerle, llegando a hacer una larga lista con nombres femeninos que leía en voz alta esperando que la sonoridad perfecta de alguno la ayudara a decidir.
Estuvieron de acuerdo Cristina y Wiso en que Selene era el nombre que estaban buscando, pero al ver la cara de su nueva hija, Cristina cambió de opinión. Aquel nombre no le pegaba a la niña y le dijo a Wiso que le pondría Esperanza.
El se extrañó, pero siendo por naturaleza dado a facilitar los deseos ajenos, no quiso contradecir a su mujer.
Cristina no le confesó que eligió ese nombre esperando que presagiara algún don que acompañara a su niña, compensando el físico que algún destino cruel le había otorgado.
Pero aquel nombre resultaba demasiado largo para aquella cara tan pequeña y mal combinada y finalmente todos terminaron llamándola Espe.
Cristina en los primeros meses de vida de su hija, guardaba la ilusión de que el rostro le fuera cambiando para bien, pero no sucedió.
Por más que intentaba disimular la fealdad de Espe con lazos y ropa bonita, veía la misma reacción en los ojos de la gente al ver por primera vez a su niña. Y se asombraba ante el repertorio ajeno para no decir llanamente que la niña era fea:
-"No se parece a los hermanos, la genética tiene esas cosas", "seguro que con el tiempo cambia, le pasa a todos los niños", "se ve que tiene buen carácter".......
Cristina terminó hartándose de aquellos lazos que se escurrían en el pelo tan lacio y de los vestiditos, asumió que Espe era como era, que sufriría al crecer por la insensibilidad de muchos y se prometió que al menos en su casa, tendría una infancia llena de amor.
Le dijo a sus otros hijos que si oía la palabra fea para referirse a la hermana, se ocuparía de hacerle llegar a los Reyes Magos una carta para que no les trajeran nada.
La amenaza fue tan efectiva, que Álvaro y Benjamín borraron la palabra de su vocabulario.
Espe fue una niña tranquila, muy observadora, diana de las travesuras de sus hermanos que no dejaban de ser niños y que finalmente la hacían reír.
Cuando comenzó a decir sus primeras palabras, la familia quedó embobada al escuchar aquel timbre de voz que hacía pensar en caramelos de nata.
Y cuando habló de corrido, parecía que el idioma fuera su instrumento para hechizar a quien la oyera.
Ya desde chica le gustó contar historias.
Propios y extraños caían rendidos ante la niña olvidando su fealdad al oírla hablar.
Cristina aliviada pensó que ese era "el don" que esperó desde que le puso el nombre.
La vida se lo debía.
Continuará.
Seguro que Espe será una niña feliz y lo más importante me da que llenara de felicidad a los demás. La historia promete. Gracias por estas historias tan bien contadas que me atrapan desde el minuto cero. Un fuerte abrazo amiga 😘😘😘😘
ResponderEliminarBueno, como siempre empiezan a pasar cosas según avanza el relato, pero que te guste el "arranque" es bueno.
ResponderEliminarGracias por tu compañía amiga.