La contadora de historias. Capítulo X.

 El futuro se hizo presente y Espe y Javier obtuvieron sus ansiados títulos académicos.

Lola citó a la chica en su despacho.

-Ya eres oficialmente locutora y tienes más experiencia que muchos en este ambiente, así que ahora a volar.

Estoy dándole vueltas a un proyecto, quiero que te pongas al frente de una sección donde los oyentes participen y tenga un trasfondo social. Pero no quiero el típico, hay que buscar la manera de darle una vuelta y hacer algo diferente. ¿Qué te parece?

-Que es una gran oportunidad. 

-Vete pensando temas y la forma de no hacer lo mismo que los demás. La gente te quiere Espe, si consigues dar con la tecla adecuada vas a triunfar.

-Triunfar es una palabra muy grande, con hacer con dignidad mi trabajo me doy por satisfecha.

-Tonterías, si he apostado durante estos años por ti es porque sabía lo que puedes aportar a esta casa, ya llegó el momento de "sacarte el cuero". Espero que vengas a verme pronto con una buena propuesta.

Espe sabía el cariño disfrazado de dureza que le profesaba Lola y no la quería defraudar. Se sentía en deuda con ella.

Javier y Espe apenas se titularon y cobraron su primeras nóminas alquilaron un piso para compartirlo; era pequeño, pero les bastaba, lo importante era que la convivencia entre ellos era buena.

Javier al terminar sus estudios recibió una oferta en el Centro donde había hecho sus prácticas y no tuvo que pensarlo mucho para aceptar.

Se reía Espe al recordar lo mal que lo pasaba Javier al principio en aquel lugar. Ahora no había quien le tosiera a "sus niños".

Espe llegó a la casa y no pudo esperar a que su amigo terminara el turno, por whatsapp le contó por encima la propuesta de su jefa y le dijo que necesita su ayuda, ideas que le permitieran sacar adelante el proyecto.

Terminaron aquel día en el sofá, con algunas cervezas y un blog donde iban apuntando la tormenta de ideas que pudieran servir para el trabajo de la chica.

Javier de repente le dijo:

-Parecemos bobos, tenemos lo que necesitas delante de las narices y ni lo hemos contemplado. Y lo mejor es que te puedo ayudar.

-Cuenta y déjate de rollos.

-Tú necesitas una idea donde esté el tema social presente pero sin caer en los tópicos de siempre, pues Espe, puedes tratar el tema de la discapacidad desde otro punto de vista, por ejemplo, haciendo hablar a alguna madre o padre de como vive su experiencia centrándose en sus propios sentimientos y vivencias, que sean los padres los protagonistas.....

-Bueno, se puede mirar a ver si soy capaz de guiarlos para dar otra vuelta de tuerca, otro punto de vista.... 

-Mañana justo es día de visitas en el Centro, ahora mismo le pido autorización a la Dirección para que te permitan entrar y hablar con algún padre o madre que esté por la labor....

-Perfecto. No sé que haría yo sin ti, te mereces una pizza. Yo pago.

Acudió Espe al Centro a la hora convenida ilusionada y nerviosa. Aunque su amigo le había hablado infinidad de veces de los usuarios de aquel lugar, verlos le sacudió el alma. Dolía.

Se fijó en una silla de ruedas para niños que portaba un cuerpo retorcido sobre sí mismo, muy pequeño, extremadamente delgado. Solo el rostro le indicó que estaba ante un hombre de unos 30 años. Los dientes sobresalían de una boca mal formada con un hilo continuo de babas que mojaba un babero enorme. Olía mal. 

Todo en aquella persona hablaba de sufrimiento.

Cuando lo miró a los ojos, no pudo evitar que los suyos se humedecieran. 

¿Qué dios permitía vivir así a un ser humano? ¿Cómo podía aquella persona soportar la cárcel de su cuerpo? 

Javier que estaba a su lado supo leer el barullo que le pasaba a su amiga por la cabeza y el corazón.

-Este es Domingo, parálisis cerebral al nacer. Solo puedes interpretar lo que siente por sus ojos. Le gusta que le digan cosas bonitas, que le hablen, que lo toquen..... entonces te regala una mirada que hace que valga la pena trabajar aquí.

Este es mi trabajo Espe, dar lo mejor de mí a estos huérfanos de afectos ajenos. Quitando a la familia y no en todos los casos, lo único que reciben del resto del mundo es rechazo.

Espe a su pesar reconoció que le daba reparo tocarlo, pero se atrevió a cogerle la mano retorcida sobre sí misma y acariciarlo, comprendiendo mejor el discurso de su amigo al recibir la mirada agradecida de Domingo.

Un tsunami emocional la sacudió, pero tenía que estar serena para hablar con los padres. Ya tendría tiempo para analizar sus sentimientos.

Santi le presentó a la madre de Domingo, Elvira, una mujer de unos 50 años con ganas de participar en lo que le propusieron.

Después de comprender Elvira que no esperaban que se centrara en su hijo sino en ella misma, estuvo encantada de colaborar en el programa de radio para dar visibilidad al colectivo de su hijo, aunque fuera a través de los desgarros que ella padecía.

Aquella noche Espe no pudo dormir. Sabía que a Lola le iba a gustar su propuesta y que podía hacer algo digno, pero no podía sacar de su cabeza la imagen de Domingo. Pensó en cuántos como él sufrían por el hecho de estar vivos, imaginando el sin vivir de sus padres.... 

Se dijo que era una niñata amargada por su fealdad, tenía un cuerpo que le permitía una existencia decente, una mente lúcida, una voz que le facilitaba la magia de la comunicación.....

Tocó su colgante, la lágrima de cristal que nunca se quitaba y lloró, prometiéndose que tenía que aprovechar el privilegio de ser "normal".

Continuará.