jueves, 16 de junio de 2022

La contadora de historias. Capítulo XII.

Acudió Espe al siguiente encuentro con Ousman nerviosa y bien perfumada.
Como el día anterior, se citaron en la misma cafetería con terraza para que Rafiki, el perro guía, estuviera al aire libre.
Espe se alegró al notar como el animal se le acercaba como si la conociera de toda la vida y la chica, para evitar enredarse de nuevo en otros asuntos comenzó con lo que sería el bosquejo de la próxima entrevista para su emisora.
-Si te parece bien Ousman, me gustaría que me hablaras de la ONG a la que perteneces y tu papel en ella.
-Bueno, es básicamente una organización que procura ayudar a las personas que entran irregularmente en nuestro país a través de pateras. Cuando llegan dentro de nuestras posibilidades los ayudamos con los temas legales para intentar evitar que terminen durmiendo en la calle y sin expectativas de futuro.
A mí me toca la parte más ingrata, pero alguien lo tiene que hacer.
-¿A qué te refieres?
-Por desgracia muchos no consiguen llegar. A veces se recuperan sus cuerpos, otras no.
-¿Ellos son conscientes de las condiciones en las que vienen? 
-A veces se los engaña prometiéndoles que viajarán sin peligros, otros aún sabiendo a lo que se enfrentan, se exponen con lo único que tienen, sus vidas.
-¿Y tú cuál es exactamente tu papel?
-Como te dije antes, el trabajo más feo. A través de los que sobreviven intento conseguir información sobre los fallecidos. Procuro averiguar sus nombres, su procedencia... cualquier dato que me permita ponerme en contacto con las familias que quedaron al otro lado del mar y no van a recibir nunca una llamada diciendo: "he llegado bien". 
-¡Uf! Razón tienes en que te toca la parte más ingrata. ¿Cómo reaccionan las familias al ser informados de que sus seres queridos se han quedado por el camino?
-Pues aunque parezca contradictorio y después del shock inicial, agradecidos. 
Imagínate vivir años y años esperando recibir una llamada que nunca va a llegar. Se dice que la esperanza es lo último que se pierde, pero la desazón de imaginar el peor de los escenarios los va minando en vida. Además, muchos desde sus países siguen pagando el viaje que les costó la vida a su hijos, a su hermanos.... Por desgracia no pueden pagar la repatriación, no van a poder enterrar a sus muertos. Cuando se rescatan aquí a los fallecidos, intento que las pertenencias que llevaban lleguen hasta sus familias. Normalmente nada de valor, pero me consta que reciben el reloj que ya no sirve, la cartera casi deshecha por el salitre... como si de un tesoro se tratara.
-Qué triste Ousman, nunca había pensado en esos aspectos. Me parece necesario que la gente lo conozca por duro  que sea, como un homenaje a sus memorias. Espero que estés dispuesto a contarlo ante un micrófono. 
-Si, por supuesto, se lo merecen.
Sintió alivio Espe al pensar que Ousman no podía ver sus ojos húmedos, sin saber que a él no le hacía falta la visión para sentir su emoción.

Como Espe había imaginado, la entrevista en la radio con Ousman tuvo sus frutos, recibiendo la emisora llamadas y correos preguntando cómo podían colaborar con la ONG.
Espe agradecía estar al frente de aquel espacio radiofónico que además de vocacional, servía para concienciar a tantas personas sobre temas sociales ignorados.

Después de la entrevista Ousman le pidió seguir en contacto y Espe sintió un baile inesperado de mariposas que revoltosas le bailaban por dentro.

Continuará.





2 comentarios:

  1. Me gusta mucho que aprovechando la historia hables de temas tan reales y del día a día. Gracias por tus relatos me atrapan desde el primer capítulo. Mil besos amiga

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  2. Si, esta historia tiene otras dentro.
    Siempre me anima leerte, gracias querida.

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