jueves, 27 de junio de 2024

Sensibilidades. Capítulo VII.

 Carmen. 
Han tenido que pasar años para aprender a aparcar los problemas con los que me encuentro de lunes a viernes en mi consulta, pero aquí estoy, un precioso sábado dándole vueltas a la cabeza pensando en dos de mis pacientes.
Y es que sus historias son tan parejas...
Tita y Teo, Teo y Tita, ambos con alta sensibilidad y compartiendo además la sinestesia. 
Por una parte tenemos a Tita con su habilidad para transmitir buenas sensaciones a través de su repostería y que dice haber perdido su "toque". Es una muchacha bajita, con generosas costuras, pero que lo llena todo con sus enormes ojos. Lástima que luzcan tristes. Me inspira una ternura infinita y voy a luchar para que se recupere de esa pena que la está consumiendo. 
Es una chica emprendedora que ha sabido sacar adelante con acierto su negocio de repostería.
Veo que el principio de depresión que la atenaza es debido a que se siente sola. Sus amigas son madres y ella se siente de alguna forma excluida, además está el reloj biológico que a muchas mujeres se les activa cumplida la treintena. En el fondo está enferma de soledad. Siendo tan sensible entiendo que quiera a alguien a su lado para compartir sus vivencias de una forma íntima. 
Y luego está Teo, que sin ser guapo resulta atractivo. Muy alto, delgado y con unos hoyuelos que apenas se intuyen tras la espesa barba. Su mirada es tan limpia y triste al mismo tiempo...
Está obsesionado con que huele a muerto y se disfraza con olores demasiados fuertes. La mezcla de gel, champú, desodorante y perfume es tan fuerte, que agradecí estar resfriada y que mi olfato estuviera mermado, aún así cuando salió de mi consulta tuve que abrir la ventana para ventilar el potaje aromático que estuvo flotando en el ambiente durante horas. No lo hice mientras estuvo en la consulta por no hacerle un feo, pero la verdad, entiendo que su amiga Alicia estando embarazada se provoque hasta el vómito. 
De momento le puse como terapia agüita y jabón, también que se afeitara la barba, mi propósito con lo último es que se vean los dos hoyuelos tan atractivos de sus mejillas que esconde con el vello facial. 
Vale que no es nada ortodoxo lo que le sugerí, pero estoy segura de que dará resultado. 
Al igual que Tita, se siente solo, sus mejores amigos ocupados con el hijo pequeño y el que viene en camino lo han aparcado del triángulo amistoso que han sostenido durante años. Es normal, cada etapa tiene su cosa. Y Teo siendo una persona tan reservada no sabe qué camino seguir para conseguir lo que en el fondo tod@s queremos. Tener al lado a una persona que nos quiera y acompañe.
Durante décadas he ejercido mi carrera de psicóloga en línea recta. Ahora, cumplidos los sesenta, me permito apartarme del camino "oficial" para buscar opciones que antes no me hubiera atrevido ni a pensar. Dejándome llevar por la intuición y siguiendo la máxima de que más sabe el diablo por viejo que por diablo, pienso hacer lo posible para que Teo y Tita se encuentren, porque aunque ellos no lo sepan todavía, se necesitan.
Ya se me ocurrirá algo para que parezca que el azar los ha situado en el mismo sitio. Ya luego si tiene que pasar algo, que pase.
Por supuesto, jamás reconoceré ante nadie que una psicóloga de mi prestigio y con tantos años de experiencia esté ideando ejercer de celestina.
La experiencia de los años es precisamente la que me hace saltarme los renglones rectos con los que siempre he escrito.
Me importa un carajo no ser políticamente correcta, ventajas de hacerse vieja.

Continuará.


2 comentarios:

  1. Que bien que la psicóloga vaya a aportar su granito de arena, aver qué pasa..un besazo enorme amiga 😘😘😘😘😘

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  2. Queda poquito para que se acabe este relato.
    Ahora mismo estaba con el siguiente, y no sé porqué pero me da que te va a gustar.
    Pero primero hay que ver que pasa con Tita y Teo.
    Abrazos amiga.

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