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Gara.
Pues sí que empezamos fuerte, me dije compadeciendo la suerte de Antonia.
Si a día de hoy a algunas personas les cuesta "salir del armario", me puedo imaginar lo que supondría a principios del siglo pasado. Qué triste que tuviera que pensar que algo malo la habitaba...
Pero debo seguir leyendo y en ello me centro.
Ya acostumbrada a la letra de Antonia, disfruto de como narra cronológicamente su cotidianidad, folios y más folios que aunque no dan pista de nada extraño, a mí, como futura historiadora me parecen una joya.
Decido que iré escaneando lo que encuentre relevante para pasárselo esta noche a Cristóbal, pero sigo sin hallar nada fuera de lo normal.
Paro a mediodía para comer un bocadillo y dudo: ¿y si realmente la pobre Antonia terminó con demencia senil y decía disparates? Quizás su vida no tuvo más misterio que la homosexualidad que ni ella misma comprendía. Miro la copa de la jacaranda y siento un escalofrío, mi intuición de dice que aquella mujer se llevó a la tumba algún secreto y que debió dejarlo escrito.
No me permito el desánimo y sigo leyendo.
Antonia.
"Cosa rara don Cristóbal esta tarde no ha salido y ha pasado horas escribiendo bajo la jacaranda. Mientras lo hace no existe nada más para él, se mete en su mundo y parece que lo demás deja de existir. Mi Celia se sienta junto a mí en otro banco del jardín y me ayuda a desgranar arvejas. Yo le digo que debe cuidar sus manos de pianista, que me deje a mí con la tarea, pero contesta que hacerlo mientras charla conmigo la relaja. Hablo bajito por no molestar a don Cristóbal, pero mi Celia me dice que cuando está así no se entera de nada, que es como si entrara en trance. Memorizo la palabra "trance" para buscarla después en el diccionario que tengo en mi cuarto. Me lo regaló don Cristóbal y lo guardo como oro en paño. Me gusta aprender el significado de palabras nuevas y no sé como él se dio cuenta de eso, pero la verdad es que lo uso cada dos por tres.
Conozco bien a mi Celia y la noto tristona, no es para menos, cuatro abortos en dos años. Desde que se casó está deseando ser madre, pero algo no le funciona y no pasa de los tres meses. Noto como se le van escurriendo las ganas de vivir y no sólo por la sangre que pierde, cada vez que le pasa es peor.
Me tiene desatiná, no sé como ayudarla. Los médicos le dicen que tiene nosequé y que difícil será que consiga un embarazo de 9 meses, pero yo intento animarla al igual que don Cristóbal.
Me confiesa que vuelve a estar embarazada pero no se lo quiere decir al marido, tiene miedo a otra pérdida, a otra desilusión. Y justo cuando se está desahogando conmigo una enorme mancha roja en su falda la hace palidecer. Otra vez otra pérdida.
Tengo que mover a don Cristóbal para que se entere y me ayude a atenderla hasta que llegue el médico. Qué penita más grande.
Esta mañana don Cristóbal se vio obligado a salir temprano y me avisó para que estuviera al tanto de mi Celia que seguía acostada. El médico ayer le aconsejó reposo.
Llegué a su cuarto con un buen desayuno en la bandeja y no quiso comer. A mediodía igual y por la noche más de lo mismo.
Han pasado cinco días y a duras penas don Cristóbal y yo conseguimos que mi Celia coma algo, está devastada (anoche busqué la palabra en el diccionario).
Dice que no quiere vivir, que no sirve para nada; se pasa los días acostada y llorando. Me dan ganas de arrearle un cachetón a ver si se le pasa ese desatino, pero me aguanto y saco la paciencia de donde no hay.
Don Cristóbal está asustado, su suegra padecía de los nervios y teme que su mujer lo haya heredado y termine igual, quitándose la vida.
Tengo que hacer algo o mi Celia se me muere.
Anoche después de dar vueltas y vueltas a la cabeza, encontré algo que puede ayudar a mi Celia.
Estoy deseando contárselo a ella y a don Cristóbal, aunque igual me dicen que he perdido por completo el tino y me encierran, pero por mi Celia hago lo que sea. Espero no terminar en un manicomio".
Continuará.
Uhmmmm, intuyo por donde van los tiros, cuánto amor le profesa Antonia a Celia, a ver si voy bien orientada o me sigue sorprendiendo este relato, que me atrapa cada jueves. Besotes amiga 😘😘
ResponderEliminarPor mi parte dejarte con la miel en los labios me pone, jajaja.
ResponderEliminarAsí acoges las nuevas publicaciones con más ganas.
Abrazos Astrid.