Ir a capítulo anterior.
Gara.
Ayer el tiempo de nuevo se me echó encima y muy a mi pesar tuve que dejar la lectura que me tenía enganchada; no quedaba otra que regresar a mi casa para sacar a mi perro. Por la noche estuve pensando en la historia de Antonia. Por lo que ella misma dejó escrito, intuyo que aparte de estar enamorada platónicamente de Celia, una profunda amistad las unía. El ofrecimiento de dejarse embarazar por don Cristóbal y ceder a su hijo fue un acto de generosidad tan grande... Pero aún no lo puedo dar por sentado, así que desde primera hora me sitúo bajo la jacaranda púrpura y continúo con la lectura.
Antonia.
Mi Celia está más animada, está comiendo con fundamento y ha vuelto a tocar el piano. Yo sé que está deseando que le regale un hijo, pero aunque le dije que por mí cuando ellos quieran, me pide que lo piense bien durante unos días.
A mí ni falta que me hace, ya tengo la decisión tomada desde el minuto uno, pero por esperar unos días no se va a acabar el mundo.
..........
Hace una semana que no escribo, he estado desnortá pensando en el temita. Si ellos quieren hago lo que que tenga que hacer ya, antes empezamos antes terminamos el asunto.
Pero parece que la cosa va cogiendo fundamento. Mi Celia por fin me preguntó si seguía en pie el ofrecimiento y al escuchar mi respuesta: "sí", me explicó algunas cosas.
-Antonia, Cristóbal está de acuerdo, aunque ha puesto sus condiciones, no te vayas a creer que tener ese tipo de relaciones es como aparearse los perros, no hija, no va a ser un mete saca visto y no visto y se acabó. Además, debes saber que la primera vez duele y que algo sangrarás. Cristóbal con tal de contentarme está dispuesto a acostarse contigo, pero me dice que lo intentará un par de veces y si no te quedas embarazada no va a seguir encamándose contigo. No estaría bien. Si no te quedaras en estado, habrá que seguir viviendo como si nada hubiera pasado. No te quiero perder como amiga Antonia, tú sabes cuanto te quiero y pase lo que pase siempre te estaré agradecida.
Si te quedaras embarazada, nos tendríamos que mudar a la casa de Santa Brígida hasta que nazca la criatura, pero mejor no adelantar acontecimientos, ya se irá viendo. Te lo adelanto para que te quedes tranquila, hemos tenido en cuenta todos los aspectos.
Conozco bien a Cristóbal y sé que será respetuoso y que intentará hacerte el menor daño posible. ¿Alguna pregunta? ¿Algo qué quieras saber?
-No Celia, está todo clarito -le dije por no parecer una toleta cagaíta de miedo-. Dile a tu marido que si le parece bien esta misma noche hacemos el primer intento.
Llegada la noche yo estaba asustada, para qué nos vamos a engañar, pero por mi Celia estaba dispuesta a todo.
Don Cristóbal tocó en mi cuarto y le abrí intentando que no se me notara el tembleque. Llegó con una botella de ron y dos vasos pequeños.
-Antonia, perdona si no me meto en tu cama ya, pero comprenderás que lo que vamos a hacer o a intentar hacer también me tiene nervioso. Si no te importa nos tomamos un vasito de ron, charlamos un poco y vamos viendo.
-Don Cristóbal, yo no he probado nunca el ron, pero sírvame en mi vaso de agua, que es más grande. La ocasión lo merece.
-Por Dios Antonia, mira que te he dicho un montón de veces que no me trates de usted, apenas te llevo unos años y aquí ya sabes que eres como de la familia.
-Pues me va a perdonar, pero no me sale. Y me jinqué el vaso de ron como si fuera agua sintiendo como me ardía todo lo que el líquido encontraba en su paso. Otro, le pedí con el vaso vacío.
-Antonia, que no estás acostumbrada, mira que te va a sentar mal...
-Volví a tragar aquel líquido dorado empezando a notar como me calmaba los nervios. Don Cristóbal me miraba asombrado al verme beber. Hablamos sobre nada en particular y perdí la cuenta de los vasos que me metí entre pecho y espalda. Con una fuerza que no sé de donde me salió me metí en la cama y le hice un gesto para que me acompañara. El apagó la luz principal y dejó la de la mesilla encendida, apenas alumbraba.
Cuando vi de soslayo su miembro me asombré de lo grande que era y me dio un ataque de risa nerviosa. Me obligué a centrarme para hacer las cosas bien, pero una nube se posó sobre mi cabeza y pasó lo que tenía que pasar.
La verdad, no me enteré de nada.
Continuará.
Madre mía amiga, me imaginaba que Antonia estaba profundamente enamorada de Celia pero no imaginaba que tanto como para tener ese gesto con ella....deseando ya que sea jueves y deseando que no se acabe este relato. Millones de besos 😘😘😘
ResponderEliminarPues salió larguito, así que tenemos tiempo de disfrutar de Antonia.
ResponderEliminarAbrazos Astrid.