jueves, 15 de mayo de 2025

Plantar un árbol, tener un hijo, escribir un libro. Capítulo 20.

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Que me reconocieran me daba apuro, pero no ir convenientemente vestido me hacía sentir como un pulpo en un garaje. Decidido a irme me dirigí a Adamma. 
-Ya me podrías haber dicho que había que venir de etiqueta, yo me voy que estoy haciendo el ridículo.
-Marcos, cuando lo supe llamé a tu casa, según tu mujer estabas en la ducha y le dejé el recado. No sé por qué pero no me sorprende que se haya "olvidado" de decírtelo.  Y por la vestimenta no te preocupes, desde que te vi entrar le pedí a un amigo que vive cerca que trajera una chaqueta, no es tan alto como tú pero creo que te podrás apañar. No te vayas por favor, esto es muy importante para mí y que estés cerca me tranquiliza.
Tuve que digerir lo escuchado, era extraño que Tere se olvidara de un recado telefónico, y no sé lo que Adamma quiso insinuar al respecto, pero no parecía bueno. Y lo de que me quería a su lado en aquel momento importante para ella... no supe interpretarlo.
Llegó el amigo de ella con una bolsa grande y discretamente la dejó en una habitación alejada del salón principal donde se estaba celebrando la exposición. Adamma me tomó del brazo y con disimulo nos dirigimos a aquella habitación. Me probé la chaqueta y aunque las mangas eran algo cortas estaría mejor que sin ella, también había una elegante corbata. Adamma se acercó a hacerme el nudo y no sé que pasó, pero al sentirla tan cerca con sus manos sobre mi cuerpo le dije con los ojos lo que durante tantos años había callado. Me supo leer y tirando de la corbata me bajó la cabeza para estar a mi altura. El beso, aunque suene cursi, fue una explosión, sin control ninguno dejé que nuestras manos recorrieran el mapa de nuestras pieles con hambre atrasada. Los dos estábamos temblando y caímos sobre el sofá intentando quitarnos la ropa. Olvidé que podía entrar alguien en cualquier momento, olvidé que no debía quererla, olvidé que estaba casado y a punto de ser padre.... hasta que me acordé y me aparté de ella con la certeza de que pasara lo que pasara, nunca olvidaría su piel y el tacto que impregnó mis huellas digitales.
-Perdona Adamma, esto no tenía que haber pasado, me conoces y sabes que no soy de ese tipo de hombres. 
-Pasó que me quieres Marcos, al igual que yo a ti aunque siempre te lo hayas negado. Mientras no te salgas del camino recto que te has marcado no vas a ser feliz. Yo no te voy a obligar a nada, pero tampoco voy a estar toda la vida esperando a que te des cuenta. Quiero vivir de verdad.  
Y ahora mejor que salgamos y continuemos como si no hubiera pasado nada.
Yo estaba tan confuso, que le dije a Pedrín que me acompañara a tomar algo cuando terminara la exposición. 
Por primera vez en mi vida bebí hasta sentirme ebrio, no recuerdo que le conté a Pedrín, pero eso no me preocupaba, sabía que a discreto no le ganaba nadie. Lo que me preocupaba era mi propia cabeza que me recriminaba mi mal comportamiento, mi infidelidad. 
Lo que me preocupaba era mi memoria emocional que repetía Adamma, Adamma, Adamma. 

Continuará. 

2 comentarios:

  1. Uy uy y la verdad de sus sentimientos afloró que pasará ahora? Un abrazo fuerte amiga 😘😘

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  2. Falta poquito para el final, a seguir leyendo amiga.
    Besos.

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